Sube la tensión

La lucha por el control del grupo energético español Endesa está siendo arbitrada por un guardián con poca experiencia en semejantes lides, siguiendo unas normas caracterizadas por su elasticidad de interpretación. Cuando el polvo se haya asentado, esto debe ser el aviso para que España se mueva a un régimen más efectivo y transparente que proteja a los inversores (...). Es posible que este prolongado proceso haya sido diseñado para poner en evidencia los fallos que existen en la protección española al inversor -como un Gobierno que intenta influir en las empresas que tendrían que actuar en interés de los accionistas, hasta un marco regulador que se especializa en la imprecisión-. El código sobre opas español ya ha sido modificado para hacerlo más sencillo y proveer alguna protección a los inversores pequeños.

La reforma debería centrarse en los derechos de los inversores en la empresa objetivo, para asegurar que todos ellos recibirán un trato igual, y que ahí donde haya ofertas competitivas dispondrán de una elección clara y segura (...). Endesa debe tener un gran atractivo para ser perseguida tan vigorosamente y (...) con una oposición tan nacionalista (...). Los accionistas -no el Gobierno y desde luego que no los directivos- deberían decidir el destino de las compañías de las que son propietarios.