Cambio de normas para acabar con el pacto de Novell con Microsoft
La semana pasada, durante su reunión anual en Salt Lake City (Utah, EE UU), los directivos de Novell explicaron hasta la extenuación las implicaciones de su acuerdo con Microsoft y cómo puede ayudar al crecimiento de la base de usuarios del software libre. Pero la alianza con un más directo competidor de Linux genera muchas suspicacias. Ayer, la organización sin ánimo de lucro más importante del sector, la Free Software Foundation (FSF) reiteraba su intención de acabar con el acuerdo, el que en su opinión se deduce que la empresa de Bill Gates puede tener ciertos derechos sobre el software libre. Para disipar las dudas, pretenden incluir en la norma por la que se rigen estos programas algunos puntos que minen el acuerdo.
Novell forma parte con su sistema operativo Suse Linux del mundo del software libre, términos que normalmente se refieren a programas y sistemas operativos cuyo código es público, puede copiarse, modificarse y distribuirse libremente. En oposición a este se sitúa al 'software propietario', el que desarrollan empresas como Microsoft o Apple, cuyo código suele mantenerse en secreto, al menos en parte, y no puede copiarse sin pagar a cambio del uso de la propiedad intelectual del desarrollador.
Aunque el software libre suele ser gratuito, su llegada a las empresas -en la actualidad más del 20% de los servidores funciona con Linux, según Garner- ha dado lugar a la aparición de negocios que, como Novell, no sólo han creado y venden su propia versión de Linux (Suse), sino que ofrecen servicios paralelos en los que se basa su modelo de negocio, como el soporte técnico o actualizaciones periódicas. Así, la competencia entre ambas filosofías de desarrollo no es más desde hace tiempo una lucha entre un grupo de programadores aficionados y grandes corporaciones, sino una batalla abierta entre empresas que compiten por un mismo mercado, el de sistemas operativos.
En el lado de los servicios y productos de software libre se encuentran muy bien posicionadas dos empresas, Red Hat y Novell, pero tras firmar un acuerdo con Microsoft hace cinco meses, la segunda libra una batalla de comunicación en la que intenta convencer a parte de la comunidad las bondades del pacto. Susan Haystee, vicepresidenta y responsable de estrategia global de la compañía, divide éste en tres áreas diferenciadas.
La primera se refiere a la colaboración empresarial -que implica estrategias conjuntas de promoción, ventas y la creación de equipos mixtos-, la segunda es la colaboración técnica, y la tercera supone un pacto de no agresión. æpermil;ste último punto es el que más preocupa a los críticos.
Haystee señala que los clientes de Novell, los usuarios de su sistema operativo libre Suse Linux, "ha comunicado a menudo que no quieren estar preocupados por los problemas de copyright, por lo que Microsoft y Novell se comprometen a no demandar a sus clientes por temas relacionados con la propiedad intelectual de los programas que usan".
La posibilidad de que se produzcan denuncias entre ambas empresas sigue existiendo, pero con el acuerdo Novell se garantiza que no recibirá por parte de la empresa de Redmond denuncias como las que sacudieron al mundo del software libre cuando una empresa llamada SCO reclamó en los tribunales la propiedad de parte del código de Linux. El caso languidece ahora en los tribunales, pero ha contribuido a crear cierta sensación de incertidumbre entre los usuarios corporativos de Linux.
Nuevas normas contra el acuerdo, en vigor en junio
"No vemos ningún problema en nuestro acuerdo, creemos que lo único que hemos hecho es resolver los problemas de nuestros clientes. En la comunidad del software libre hay muchas opiniones y de todo tipo, es algo que no podemos controlar, pero según pasen los meses se verá que la decisión favorecerá el crecimiento de Linux", afirma por su parte el vicepresidente y principal responsable tecnológico de la compañía, Jeff Jaffe.
Pese a estas palabras, el acuerdo de no agresión no es visto con buenos ojos por figuras destacadas de la comunidad del software libre, como Richard Stallman, creador de la GPL o licencia pública general, el documento que especifica las normas que deben respetar los programas que quieran considerarse software libre. Poco después de conocerse la alianza de Novell y Microsoft, Stallman señaló que era bueno conocerla antes de que se aprobase el documento definitivo de la GPLv3, porque el texto preparado en esos momentos no bloquearía el acuerdo, y conociéndolo era posible diseñar una nueva norma que si lo permitiera.
Como Stallman, la FSF sostiene que el pacto implica admitir que Microsoft tiene derechos legales sobre Linux, por lo que según ha declarado su director general, Peter Brown, se intentará incluir en la próxima versión de la GPL especificaciones que minen la alianza con el gigante del software propietario. "Tenemos que asegurarnos de que nadie se burla de los objetivos del software libre con acuerdos como éste", ha declarado.
La que será tercera versión de la GPL sigue un arduo proceso de elaboración desde que se conoció su primera versión en enero de 2006, pues sobre sus contenidos opinan la comunidad de desarrolladores, usuarios y empresas. Pero el grueso del trabajo recae sobre la FSF, que anuncia para mañana la publicación de un nuevo borrador del documento, sobre el que Brown no ha querido adelantar detalles.
A partir de entonces abrirá un periodo de 60 días para recibir comentarios y sugerencias, y la licencia podrá empezar a usarse el 26 de junio. Novell podrá seguir distribuyendo su versión actual de Linux ateniéndose a la segunda versión de la GPL, vigente desde 1991, pero cuando quiera actualizar sus productos tendrá que plantearse si moverse a la tercera. Según las declaraciones de Brown esta podría ser incompatible con el acuerdo con Microsoft, y generar así problemas para Novell.
Los portavoces y directivos de Novell optaron por no pronunciarse sobre esta posibilidad durante la celebración de BrainShare, alegando que la nueva licencia está aún en discusión y que no se posicionarían sobre ella hasta ver el texto final. "A la hora de cerrar acuerdos con desarrolladores de software propietario, es muy importante seguir las reglas de la GPL" admitía la semana pasada Jaffe, que resaltaba el esfuerzo realizado por Novell para que el pacto con Microsoft no entrara en conflicto con la GPLv2. Sobre la tercera versión, prefirió no hacer comentarios.