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Comisión Europea

Bruselas quiere reducir el dominio de las cuatro grandes auditoras

La Comisión Europea está buscando fórmulas para aumentar la oferta en el servicio de auditorías internacionales, un mercado dominado por sólo cuatro empresas. El modelo francés de auditoría conjunta aparece como una posible opción.

Bruselas tiene previsto acometer durante los próximos meses iniciativas para potenciar la competencia en el servicio de auditoría internacional, un mercado que a nivel mundial dominan Deloitte, Ernst & Young, KPMG y PricewaterhouseCoopers.

El departamento de Mercado Interior, que dirige el comisario irlandés Charlie McCreevy, teme que la quiebra de alguna de ellas agrave la actual situación de oligopolio.

Para evitarlo, Bruselas quiere 'rebajar las barreras de entrada al mercado internacional de auditoría', según el departamento de McCreevy, facilitando, sobre todo, que las pequeñas y mediana auditoras consigan clientes entre los grandes valores bursátiles.

Entre las ideas que baraja la Comisión figuraban hasta ahora la limitación de la responsabilidad de los auditores en caso de fraude contable y la posible reforma de las normas sobre propiedad de las firmas auditoras.

Pero la auditora francesa Mazars ha conseguido poner también sobre la mesa el modelo de la auditoría conjunta que opera en el mercado galo. Esa fórmula obliga a las mayores compañías a contratar dos firmas para que verifiquen conjuntamente su contabilidad, lo cual ha abierto el mercado a las auditorías medianas. Dinamarca aplicaba un sistema similar hasta el 1 de enero de 2005.

'Se lo hemos planteado a la Comisión y se ha mostrado interesada en la propuesta', indica la compañía tras reunirse esta semana con funcionarios de Mercado Interior. John Mellows, director ejecutivo de Mazars, explica a Cinco Días tras su visita a Bruselas que 'la auditoría conjunta permitiría inyectar competencia porque muchas compañías tal vez optarían por contratar como segunda firma a una que no fuese de las cuatro grandes'.

Un reciente estudio de la London Economics School realizado por encargo de la CE parece confirmar ese planteamiento. La auditoría conjunta, según la LSE, 'explica por qué el ratio de concentración de las cuatro grandes auditoras es del 73% en Francia y del 78% en Dinamarca, mientras que en los otros 23 Estados miembros alcanza el 83%'. En España supera el 90%.

Aún así, fuentes próximas a McCreevy prefieren no decantare aún ni a favor ni en contra de una fórmula que probablemente elevaría los costes de auditoría de las grandes cotizadas. 'Vamos a encargar nuevos estudios antes del verano y estudiaremos todas las opciones'.

'Existe el riesgo de que alguna de las cuatro grandes auditoras se enfrenten a una reclamación que amenace su supervivencia', advirtió a finales del año pasado el comisario Charlie McCreevy. Solo en Europa, las auditoras afrontan cinco demandas con un valor potencial superior a los 750 millones de euros cada una. John Mellows, director ejecutivo de Mazars, cree que la amenaza es tan seria que 'limita el poder de los reguladores, que tras la desaparición de Andersen temen cargarse a otra de las grandes'.

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