Merkel evita que Bruselas obligue a Eon a vender su red de alta tensión
Alemania, que preside durante este semestre la Unión Europea, evitó el viernes que el club comunitario se pronunciase a favor del desmantelamiento de los grandes conglomerados energéticos. Los 27 sí pactaron reducir un 20%, con ayuda de la energía nuclear, el nivel de emisiones de CO2 que tenían en 1990.
Larga cambiada magistral a cargo de la canciller alemana, Angela Merkel, asistida en la faena por un presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, siempre dócil a la voz de mando. Merkel consiguió que Bruselas rivalizase durante jueves y viernes con Kioto como referencia mundial del medio ambiente.
Ese no era el objetivo del Consejo Europeo celebrado en la capital comunitaria, que debía haber abordado, entre otros puntos, la separación estructural de los grandes conglomerados verticales. Unos gigantes que, a juicio de la Comisión Europea, están frenando la competencia en el sector energético, dificultando su integración y sometiendo a precios artificialmente a los clientes que dependen de su red.
Pero entre las potenciales víctimas de esa decisión figuraban al menos dos compañías alemanas, Eon y RWE, además de la francesa Electricité de France. De manera que, como por arte de magia, el debate derivó hacia los compromisos más o menos firmes que la UE está dispuesta a hacer en materia de recortes de emisiones, utilización de renovables y eficiencia energética.
Se trata de ambiciosos brindis al sol que aspiran a elevar del 8% al 20% el recorte de emisiones previsto en el Protocolo de Kioto en relación con el año 1990, ampliando hasta el 2020 el plazo para cumplirlo (ahora expira en 2012).
Para lograrlo, los 27 se proponen cubrir la quinta parte de sus necesidades con fuentes renovables, lo que supone triplicar el nivel actual. Pero París ha conseguido que en el reparto de esa tarea se tome en cuenta la energía nuclear, una fuente que cubre ya el 42% de las necesidades de Francia, el 34% de Suecia, el 22% de Bélgica o el 44% de Lituania.
Los objetivos medioambientales relegaron a un segundo plano el debate sobre la falta de competencia en el sector energético, muy incómodo para Merkel y el presidente francés, Jacques Chirac. Barroso y la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, llevaban meses insistiendo en que la UE debía imponer la separación de propiedad entre las empresas de generación, transporte y distribución para facilitar la entrada de nuevos competidores.
Pero las conclusiones finales del Consejo se limitan a pedir 'una separación sobre la base de la gestión independiente de la red', una opción que permite a las compañías mantener la propiedad de sus infraestructuras de transporte. Aun así, Barroso, como casi en todas las cumbres, calificó de 'histórico' el resultado.
La alemana se queja de su luz
'Predico con el ejemplo'. La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró al término del Consejo Europeo sobre energía y cambio climático, que 'en mi casa, todas las bombillas son de bajo consumo'. La presidenta de turno de la UE apuesta por esa opción a pesar, dijo, 'de que su luz no es muy clara y a veces no encuentro lo que busco en el suelo'. Merkel recordó que la sustitución de todas las bombillas de filamento por lámparas más eficientes podría evitar, sólo en Alemania, la emisión de 6,5 millones de toneladas de CO2. La medida, de hecho, ya está prevista en el plan de acción aprobado por la CE el año pasado, que aspira a ahorrar 780 millones de toneladas, el doble del compromiso europeo en Kioto.