El valor de la construcción
La construcción emplea al 12,9% de la población española ocupada y en 2006 concentró el 58% de la inversión nacional, el 17,8% sobre el PIB y el 25% del empleo creado. Aunque es innegable su contribución al crecimiento -una cuarta parte del PIB- y sería injusto no reconocer su extraordinaria aportación como motor de empleo y riqueza, debe lidiar a menudo con críticas que aluden a su baja productividad o escaso valor añadido. Su fuerte creación tanto de empleo como de producción -y unos jugosos beneficios, que lo han convertido en el principal inversor del sector energético- hacen menos creíble que su productividad sea tan escasa como dicen las estadísticas oficiales. La patronal de las grandes constructoras se encargó ayer de recordar la importancia del sector como locomotora y advirtió sobre los riesgos de una desaceleración en la actividad. Una de las fórmulas para conjurar ese peligro es potenciar los proyectos y fórmulas que combinan las iniciativas pública y privada.