Medio siglo de formación de turismo en España
Daba clases de turismo casi antes de que hubiera turistas. Francisco Javier Carreño creó la primera escuela de la especialidad de España, que fue el germen del Centro Español de Nuevas Profesiones. Ahora celebra el quincuagésimo aniversario de aquella idea.
'Trabajaba en una agencia de viajes', recuerda Carreño, 'y la gente se formaba sobre la marcha, unas empresas robaban el personal a otras, que además estaba sobrevalorado. Faltaba formación'. Diseñó un plan de estudios y buscó profesores, que 'fue lo más difícil. Tuve que vencer muchas incomprensiones, oí muchas veces eso de que el técnico de turismo nace pero no se hace'.
El Ministerio de Información y Turismo creó poco después una escuela oficial a imagen y semejanza de la de Carreño. Después crearía la carrera de Publicidad y de Relaciones Públicas, que también imitó el Estado, y la de Informática. 'Con unos aparatos enormes, y unas memorias de tarjetas que requerían unos espacios desmesurados', cuenta.
¿Cómo ha evolucionado la formación de turismo desde entonces? 'En los años 50 no existían los mayoristas. Y una de las cosas más complejas era el dominio del billetaje aéreo. Ahora con la informática es mucho más fácil. Había que tener contactos con hotelería de medio mundo, sin internet. Todo a base de teléfono, a mano. Requería un esfuerzo enorme y dificultaba mucho el desarrollo del turismo', rememora.
El emprendedor subraya que hasta ahora 'nos hemos centrado en el sol y playa', y cree que el futuro del sector pasa por 'la España paisajística, la gastronómica, la del arte, la histórica', que 'apenas se han explotado'.
Se trata de aprovechar 'todo aquello que pueda atraer al turista, como las fiestas populares, o las ganaderías taurinas, por ejemplo. Nadie va a verlas en el campo, son una maravilla. O costumbres locales, como las regatas de traineras o las apuestas de hachas en el norte, que son un espectáculo. El día que alguien lo monte, la gente irá', advierte.
'Se está haciendo bastante a nivel de autonomías y ayuntamientos, pero cabe hacer mucho más. Y habría que involucrar más a las empresas', añade Carreño. Además, destaca la escasa dificultad para crear una empresa turística local. 'Se puede empezar de abajo arriba con cierta modestia'.
Eso permite que haya una gran cantidad de empresas, y 'la especialización es inevitable para diferenciarse', recalca Carreño, que sigue en activo como director general del centro que fundó, que lleva un año en el consejo de Educación de la Organización Mundial de Turismo, de la ONU.
Cuando el turismo interno se agote, quedará la exportación. 'Estamos muy lejos del punto de saturación que algunos piensan', concluye.