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Tecnología

Sun microsystems: una historia de éxitos (y de estancamiento)

Fue un día de febrero de 1982, hace ya 25 años, cuando cuatro jovenes que justo entonces terminaban sus estudios en la universidad californiana de Stanford fundaron una compañía llamada Sun Microsystems. La empresa era la plasmación final del proyecto que Andreas Bechtolsheim intentaba levantar desde el año anterior: crear una estación de trabajo en red completamente nueva, más funcional y sobre todo, más barata que las existentes. De hecho, el nombre de la compañía, procede de las siglas de ese proyecto: Stanford University Network.

Con la ayuda de Vinod Khosla, Scott McNealy, y Bill Joy, Bechtolsheim convirtió en compañía comercial ese proyecto, que al principio consistió en crear un hardware partir de partes ya disponibles en el mercado, o de piezas sueltas de las que poseía la propia Universidad. Sólo unos pocos años después, la empresa de esos cuatro pioneros se había convertido en uno de los nombres más grandes de la informática mundial.

Pese a todo, 25 años dan para mucho, y en ese tiempo no todo han sido buenas noticias para Sun. Este gigante tampoco ha bebido el triunfo en la siempre en la misma copa. En los ochenta, desde luego, el éxito de Sun fue el entender a la perfección las necesidades de las empresas de tamaño mediano, y acercarles la potencia de procesamiento y las funciones de las redes que hasta entonces sólo estaban al alcance de las grandes corporaciones.

Del hardware más potente a buen precio...

Y lo hizo, en buena medida, utilizando estándares que ya existían, en lugar de desarrollarlos de cero. Entre ellos brilla con luz propia un software desarrollado por AT&T: UNIX, que se convirtió en el sistema operativo de sus productos. Con esa estrategia, Sun consiguió entrar en el mercado con rapidez, gracias a sus bajos precios. Las elevadas ventas, y los costes reducidos, hicieron el resto: apenas 6 meses después de su inscripción en el registro, la compañía producía beneficios.

La década de los ochenta vio también otros grandes hitos de la compañía, como la introducción de la tecnología NFS en 1984, que permitía que los usuarios de una red trabajasen con archivos localizados en otras máquinas, su salida a bolsa en 1986, o la introducción del primero de una larga lista de procesadores conocidos como SPARC, en 1987. Al año siguiente, Sun Microsystems anunciaba unos beneficios de 1.000 millones de dólares.

...a Java

Los años 90 fueron aún mejores para la compañía, con unas cifras de ventas de servidores que la conviertieron en la compañía de Estados Unidos que más rápido crecía, y en la tercera del mundo, por detrás de IBM y Apple, en convertirse en una fabricante híbrida de hardware y software, con el lanzamiento de su sistema operativo Solaris 2.0, una versión propia de UNIX.

Sin detenerse en ningún momento, y justo cuando el negocio del hardware se le ponía más feo por la llegada al mercado de otros competidores que vendían productos muy similares a precios más competitivos, Sun volvió a dar la campanada con otro as en la manga: Java. Este lenguaje de programación, lanzado en 1995, permitía el desarrollo de programas para cualquier plataforma, una sola vez. Fue el primer paso en una estrategia que intentó convencer a las empresas de que el futuro pasaba por un mundo de ordenadores "tontos" pero conectados a potentes servidores, que serían los encargados de realizar todo el trabajo.

Pasó el año 2000 y estalló la burbuja tecnológica. Y después del éxito tecnológico de Java, que no se tradujo en dinero, Sun seguía dependiendo de su línea de fabricación de potentes servidores ejecutando el sistema propietario de la compañía, Solaris. Y mientras la potencia de los procesadores más convencionales -y más asequibles- seguía acercándose a los productos de alta gama, surgió GNU/Linux, que facilitó aún más la huída de algunos clientes de Sun al hardware de otros fabricantes. La llegada de la versión libre de Unix, y el auge del código abierto han hecho que en los últimos años haya surgido un mercado totalmente nuevo, en el que los gigantes como Sun no acaban de entender cómo moverse.

Llegado 2007, Sun ha perdido buena parte del relumbrón que otra vez tuvo. Pero atendiendo a sus impresionantes resultados empresariales y a las manifestaciones de sus ejecutivos, Sun sigue siendo un mastodonte con ganas de seguir marcando las pautas en Silicon Valley. Para hacerlo, aseguran los expertos, su camino está indicado con claridad: estándares abiertos.

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