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Nueva escuela de negocios para frenar la fuga de cerebros

Nueva escuela de negocios para frenar la fuga de cerebros
Nueva escuela de negocios para frenar la fuga de cerebrosREUTERS

Se trata de una revancha. Aunque llega con más de un siglo de retraso. El referente mundial y fábrica de prestigio de la sabiduría económica, la London School of Economics (LSE), creada en 1895 por un círculo de intelectuales socialistas, tiene desde ayer nuevo competidor. O al menos eso es lo que pretende la recién creada Paris School of Economics. Dada la supremacía anglosajona en el lenguaje, sobre todo económico, la nueva Escuela de Economía de París -su nombre oficioso- sólo podía recurrir al idioma de Shakespeare para tener alguna oportunidad de competir a nivel mundial con las universidades de Harvard, Oxford o el Massachusetts Institute of Technology.

Curiosamente, hace más de un siglo, la London School of Economics se inspiró en la Escuela Libre de Ciencias Políticas de París. Y ahora, el impetuoso primer ministro francés, Dominique de Villepin, quiere matizar la historia económica y social con este recién llegado francés. El nuevo centro era un anhelo de Matignon, sede del Gobierno galo. 'Francia no es ni un país cansado ni un país sin futuro, sino una tierra de excelencia', aseguró ayer Villepin durante la inauguración del centro con sede en la Escuela Normal Superior.

'Los jóvenes sólo tienen un objetivo, y es realizarse aquí, en Francia', añadió Villepin en una velada alusión a los numerosos analistas económicos que en los años noventa del pasado siglo dejaron el país para unirse a la vanguardia económica estadounidense y que ahora esta iniciativa quiere recuperar. Y el objetivo no sólo es 'competir con los más grandes', reconociendo el retraso de Francia en esta carrera, sino 'construir una doctrina económica francesa y europea, y Francia debe desempeñar un papel pionero en la definición de esta nueva doctrina', insistió ayer el primer ministro. La misma que ha creado la marca ENA en Francia, la Escuela Nacional de Administración, fábrica de la mayoría de los políticos que han dirigido Francia, muchos reconvertidos en ejecutivos de las grandes empresas del país.

Para lograrlo han sumado fuerzas los seis centros de estudios más prestigiosos del país, un paso inédito en un país que gusta inculcar la independencia y la identidad a cada centro universitario de élite. En el proyecto colaboran la prestigiosa Escuela Normal Superior, la Escuela de Puentes y Caminos, el Centro Francés de Investigaciones Científicas (CNRS), el Instituto Nacional de Investigación Agronómica (Inra), la Universidad París I (Sorbona) y la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (Ehess).

También su estatus es una novedad. No será un centro de enseñanza público al uso, sino una fundación de Derecho privado. Aunque el Estado, el Ayuntamiento de París y la región parisiense aportarán 70 millones de euros al proyecto, la Administración pública no formará parte del consejo de administración. Trece de los miembros del consejo científico enseñan en el extranjero y en él figuran tres premios Nobel (Joseph Stiglitz, James Mirrlees y Amartya Sen).

En sus inicios la PSE, como ya empieza a denominarse la escuela, contará con 4 millones de euros de donaciones privadas. Las aseguradoras Axa y el corredor de Bolsa Exane aportan un millón cada uno y la fundación American Foundation for the PSE contribuirá con otro millón. Otras empresas, como el operador de energía Poweo, se unirán al proyecto más adelante. A largo plazo, los fondos privados superarán los fondos públicos.

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