Inversión y sector exterior impulsan el crecimiento del PIB hasta el 3,9%
El Instituto Nacional de Estadística revisó ayer al alza en una décima, hasta el 3,9%, el crecimiento de la economía española en 2006, que el organismo oficial había estimado inicialmente en el 3,8%.
La contabilidad nacional que hizo pública ayer el INE muestra una economía en plena fase de expansión creciendo cuatro décimas más que el 3,5% registrado en 2005. Es más, la tendencia a lo largo del pasado ejercicio ha sido al alza, habiéndose llegado a una tasa interanual del 4% en el cuarto trimestre. Se trata, del mayor crecimiento del PIB en seis años, por encima de la media de la zona euro y de los principales países del área (Alemania, Francia e Italia). El producto interior bruto español roza ya el billón de euros (976.189 millones) a precios corrientes.
Las causas fundamentales de la bonanza económica se deben, según el INE, tanto a la fortaleza de la demanda interna como al mejor comportamiento del sector exterior, que redujo su contribución negativa al PIB. æpermil;ste restó sólo un punto frente a 1,7 puntos de un año antes. No obstante, el sector exterior sigue siendo uno de los puntos débiles de la economía española. æpermil;sta tuvo en 2006 una necesidad de financiación de 76.000 millones de euros (el 7,8% del PIB) para atajar el déficit corriente.
En cuanto a la demanda nacional, se ha mantenido fuerte (4,9%) a pesar de que el crecimiento se ha frenado tres décimas. Lo más interesante de este agregado es el comportamiento al alza de la inversión, sobre todo la de bienes de equipo, que acabó 2006 con un fuerte aumento, del 11,4% en el cuarto trimestre. El tirón de los bienes de equipo ha servido para compensar la desaceleración de la inversión en construcción, afectada por la moderación de la obra civil y la vivienda residencial.
El producto interior bruto cierra el ejercicio rozando el billón de euros
La formación bruta en bienes de equipo se dispara en el cuarto trimestre
Por su parte, el consumo privado se ha mantenido fuerte. A pesar de que la subida de tipos presagiaba un menor gasto de las familias, éste se ha mantenido con una tasa de crecimiento del 3,6% que, incluso se ha acelerado ligeramente en el cuarto trimestre (hasta el 3,7%). El INE entiende que la positiva evolución del empleo y de la remuneración de asalariados ha permitido mantener el consumo al alza. El gasto público también se aceleró, hasta el 4,9%.
Desde el punto de vista de la oferta, destaca el empujón de la industria, al que se ha sumado la agricultura (en tasas negativas en los dos últimos años). No obstante, la construcción siguió siendo el sector más dinámico aunque perdió fuelle a final de año.
El beneficio gana a los salarios
Atendiendo a la distribución de las rentas, el año 2006 se cerró con un mejor comportamiento de los beneficios empresariales que siguieron creciendo por encima de los salarios. No obstante, se registró una tendencia al alza en la remuneración por asalariado cuyo crecimiento se aceleró hasta el 6,8% (7,1% en el cuarto trimestre) siete décimas más de media que en 2005. Los costes laborales unitarios aumentaron a un ritmo del 2,7%, 1,1 puntos por debajo del deflactor implícito del PIB (utilizado como indicador de inflación en contabilidad nacional).El PIB de la economía en términos nominales aumentó un 7,8% (3,91 puntos de crecimiento real más 3,84 puntos del deflactor).
Aumenta la productividad
El empleo aumentó en 2006 a un ritmo del 3,1%, a una tasa similar a la de 2005, lo que supone una creación neta de 550.000 puestos de trabajo a tiempo completo. Este dato contrasta con los 687.600 empleos contabilizados en la Encuesta de Población Activa (EPA). La discrepancia se debe a que, en términos de contabilidad nacional, la ocupación se mide de forma homogénea (empleos a razón de ocho horas diarias).El hecho de que el PIB haya crecido por encima del aumento del empleo ha permitido que la productividad aparente del factor trabajo (una de las prioridades del Gobierno) haya crecido un 0,8% en el año, cuatro décimas más que en 2005.