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EE UU

El rescate de la clase media une a Obama y a Clinton

Ella es la alternativa pragmática y él, la postideológica

Barack Obama saltó casi de la nada a la escena política nacional con un discurso en 2004 en el que unió el patriotismo, el rescate del sueño americano y la revitalización de la clase media en una intervención que le convirtió en un estrella de la oratoria. En este campo, y por la ilusión que insufla, se le compara con Bill Clinton. Toda una paradoja, teniendo en cuenta que es el candidato más vigilado por la esposa de éste, Hillary Clinton, su principal oponente.

La ex primera dama lidera las encuestas, pero Obama está detrás. Ella es pragmática, como su marido y como gusta en Wall Street. æpermil;l juega la baza de la novedad, el cambio y la postideología. Son caminos, en principio diferentes con los que se puede llegar a un mismo destino.

A casi un año de las primarias, dos de las presidenciales, y con el debate acaparado por Irak, apenas hay propuestas en materia económica. De momento, las que hay son tan genéricas que es difícil distinguir el discurso de uno u otro candidato aunque la línea fundamental de sus discursos apunta a la devolución del protagonismo económico a la clase media, la reducción de las diferencias sociales y apuntalar los pilares en los que se apoyó el poderío económico de EE UU tras la II Guerra Mundial, y que ahora amenaza la globalización.

En sus primeros actos, la señora Clinton ha hablado de revitalizar las pequeñas ciudades, hacer universal el servicio de salud (aunque no estatal como el europeo), y hacer la educación asequible para devolver la competitividad a EE UU. 'Si coincidimos en esos objetivos podemos decidir como los sectores públicos y privado pueden lograrlos', dijo en Chicago.

Además, siempre nombra a su marido. Así recuerda las credenciales proempresa de la pareja, el centrismo, la relación con los demócratas más pragmáticos y poderosos, y a la economía del equilibro de Robert Rubin. Quiere disciplina fiscal, inversión en infraestructuras e independencia energética. En cuando al calentamiento global, le parece menos amenaza que el terrorismo.

Obama sostiene que 'la gente no pide que el gobierno solucione sus problemas, pero sí cree que debe ayudar dando oportunidades'.

Oportunidad es el epígrafe bajo el que retrata su sensibilidad económica en su libro, La audacia de la esperanza, en el que habla de un sistema de salud universal, al que se compromete en su primera legislatura. También de hacer más progresivo el sistema fiscal y de modernizar la enseñanza y el estudio de las ciencias para competir en la 'economía del conocimiento'. En educación cree además que hay que compensar a los profesores por sus resultados.

Obama no ha concretado casi nada, pero abomina de la filosofía de Bush de la 'sociedad de propietarios'. 'Eso significa que cada individuo está solo', explica para hablar del New Deal y la necesidad de reinventarlo.

Haciendo amigos y dinero para la campaña

Una de las tareas más importante del candidato es captar dinero para financiar su campaña. Teniendo en cuenta que la de 2008 empieza tan pronto, nadie duda que será la más cara de la historia. La mayor parte de los candidatos han renunciado al dinero federal porque eso significaría poner límites a su gasto. Y no están las cosas como para ahorrar, menos cuando la distancia en la tesorería ha obligado en el pasado a que los débiles abandonen.¿Quién paga? Hay pequeñas contribuciones, pero las grandes son las que cuentan políticamente y salen de eventos y cenas, muchos de ellos organizados por quienes apoyan a cada uno.En principio la Wall Street menos republicana y la más pragmática está por Hillary Clinton. En 2006 hasta el presidente de Morgan Stanley, John Mack contribuyó a su campaña. Para las presidenciales, Haim Saban, el inversor de Hollywood y creador de los Power Rangers, apoya a Clinton. El inmobiliario y figura de la prensa rosa Stephen Bing, también. Con Barack Obama están los financieros George Soros y Alan Solomont.En Hollywood, territorio demócrata, el corazón está dividido. Los fundadores de Dreamworks, Steven Spielberg, David Geffen y Jeffrey Katzenberg, organizaron ya el primer encuentro de Obama con Hollywood. Dreamworks planea hacer lo mismo con la senadora.

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