Acelerón del BBVA en América
Dicho y hecho. Francisco González mostró a principios de mes su disposición a vender cartera industrial del BBVA para crecer con la compra de otro banco si encontraba una 'oportunidad'. Todo indica que la tenía sobre la mesa. Sólo han hecho falta 15 días para que el BBVA anuncie la doble operación: venta del 5,17% de Iberdrola y, paralelamente, la compra del estadounidense Compass por 7.400 millones de euros, la mayor de su historia.
El Compass encaja como anillo al dedo en la estrategia diseñada por el presidente del BBVA para el área. Coloca al banco en muy buena posición en la zona sur de EE UU, es decir, en la frontera con México, de donde ya proviene un tercio de las ganancias por su apuesta más exitosa, Bancomer. Pero además le consolida en un área de negocio en que se mueve desde 2004 y donde ya cuenta con varios pequeños bancos. Ahora, la actividad americana supondrá la mitad de los beneficios. del grupo. Y la potencialidad del área es obvia: sólo en remesas, América Latina recibió en 2006 más de 45.600 millones, tanto como la inversión extranjera directa.
Los accionistas pueden reprochar al banco que, al financiar en parte la compra con una ampliación, el beneficio por acción se diluirá. Y así va a ser, según calcula el propio banco, hasta 2010. Pero es un peaje aceptable, porque el BBVA necesitaba una operación así para adquirir peso en el mundo. Los analistas esperan volatilidad a corto plazo -el valor reaccionó con una caída del 2,4%-, pero la consideran muy positiva a medio y largo. Además, el BBVA se ha adelantado esta vez a su gran rival, porque el Santander solía dar primero.
El banco presenta la operación, que hará que EE UU suponga el 10% tanto de los activos como del beneficio del grupo, como un avance en su 'objetivo de convertirse en un grupo global'. Desde luego, es coherente con el eslogan de Adelante y cumple el deseo de sus responsables para que, tras un 2006 calificado como 'el mejor' de la historia del grupo, 2007 sea 'histórico' por más cosas que cumplir 150 años.
El mensaje del presidente a la última junta general fue claro: 'Un gran banco antes que un banco grande'. De la habilidad con que González y su equipo sepan gestionar este acelerón dependerá que ambos presupuestos se hagan compatibles.