Hombres de negro irrumpen en Pasarela Cibeles
Prácticamente olvidados de los diseñadores, como si no tuviesen obligación alguna de vestirse o de comprar ropa, los hombres han tenido que esperar a la cuarta jornada de Pasarela Cibeles para poder hacerse ver en un desfile enteramente masculino. A primera hora de la mañana de ayer, un ejército de modelos masculinos vestidos de negro y gris (con alguna concesión ocasional al beige) inundaron la pasarela y desterraron toda reminiscencia al tul, a las transparencias, los vestidos y los zapatos altos.
La firma catalana Spastor fue la encargada de cambiar de género la pasarela. Los acolchados de sus abrigos-chaleco, las trencas, parcas, tres cuartos o plumíferos - muchos de ellos con grandes capuchas- y los jerséis de lana gorda con grandes ochos vistieron a los modelos masculinos que protagonizaron el desfile. Destacaron grandes ponchos-manta acolchados preparados para abrigar el cuerpo de un hombre que se viste con tejidos clásicos, como lanas, punto grueso y algodones.
Tras los hombres, de nuevo las mujeres. Andrés Sardá recreó en su desfile la lujosa vida de una gran estrella de cabaret, desde las bambalinas hasta la alfombra roja pasando por el camerino y el propio espectáculo. Una rica colección de lencería inspirada en el mundo intimista y sensual de las cabareteras en la que el diseñador hizo una firme apuesta por el corsé, no sólo como prenda interior, sino también exterior.
Plumas de avestruz y cristales de Swarowski dieron la nota sublime a una colección de máxima elegancia en la que sedas y puntillas se combinaron con bordados de pedrería y delicados encajes de Chantilly.
La lana, el cashmere y seda, pero también el látex, el lamé y el popelín metálico protagonizaron las creaciones de Locking Shocking. Trench, polisones, drapeados, tableados, acolchado, superposiciones y todo tipo de prendas futuristas de indudable originalidad, aunque no demasiado fáciles de lucir en el día a día. En un cambio total de escenario, Kina Fernández quiso vestir con su colección, la más corta de las presentadas por ella en Cibeles, a una mujer muy urbana y femenina que juega con las superposiciones, los volúmenes globo, las capas y los lazos que dan un aspecto más delicado.
Con el título de Majestic Black Room ha denominado Antonio Alvarado a unas propuestas en las que prima la sobriedad y depuración en cortes, jaretas y pliegues y en las que el diseñador ha recuperado una serie de técnicas de confección que enriquecen el tejido.