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Energía

La escisión de las empresas y la cuota de renovables divide a los países de la UE

Los ministros de Industria de la UE analizarán pasado mañana el plan energético presentado por Bruselas. La primera batalla sobre esta polémica iniciativa se centra en las medidas para aumentar la competencia en el sector y en la naturaleza, voluntaria u obligatoria, de los objetivos para la utilización de fuentes renovables.

Los ministros estudian por primera vez las propuestas de la Comisión Europea y los corchetes que delimitan los párrafos o las palabras más conflictivas empiezan ya a poblar los textos. La división de los 27 países de la UE en una fase tan preliminar, cuando ni siquiera se han planteado todavía las iniciativas legislativas concretas, revela el mar de fondo que agitará el debate durante los próximos meses.

El borrador de las conclusiones que debatirán el jueves los ministros en Bruselas ya deja abiertos los dos principales problemas: la naturaleza de los objetivos para el uso de energías renovables y de biofueles; y las opciones posibles para lograr la segregación de actividades en el mercado del gas y la electricidad.

El objetivo de esta última iniciativa es aumentar la competencia en el sector, limitando la posibilidad de cerrar el mercado que disfrutan en estos momentos las empresas con una integración vertical de la generación, el transporte y la distribución (como es el caso de æpermil;lectricité de France o Eon).

La propuesta inicial de la Comisión Europea, presentada el pasado 10 de enero, planteó dos posibilidades: obligar a esas empresas a ceder la gestión de la red a un operador independiente, que permita la entrada de nuevos competidores sin ningún tipo de discriminación, u obligarles a deshacerse de la propiedad de la red.

El texto de la Comisión era tan 'abierto y flexible', como lo definen fuentes del Consejo de ministros de la UE, que todas las delegaciones pueden aceptarlo. Aún así, Francia quiere incorporar al debate una tercera opción: la de que un regulador independiente fije al operador de la red las tarifas de acceso, sin necesidad de que se escinda a las actuales empresas. La propuesta, como cabe imaginar, es la que se aplica en estos momentos en el mercado francés, donde el gestor de la red (RTE) es una filial de æpermil;lectricité de France.

París asegura que el sistema ha permitido la competencia sin poner en peligro la inversión en la infraestructura. Y la propia comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, aunque es partidaria de la segregación total, elogió el año pasado, durante los actos del vigésimo aniversario de la interconexión franco-británica, la actitud de RTE en la gestión de esa infraestructura.

Los 27 estudian ahora la posibilidad de añadir la llamada 'segregación regulada' que propone París. Pero Londres recordó ayer que no acepta salidas intermedias. 'Permitir que las empresas de suministro sigan manteniendo el control de las principales líneas de electricidad y de los gasoductos distorsiona la competencia, con independencia de que las propiedad de la red esté separada legalmente o no dentro de esas compañías', advirtió el secretario de Estado británico de Industria, Alistair Darling, en una carta al diario Financial Times.

Las negociaciones, por ahora, se han estancado a nivel técnico. Y los ministros intentarán el jueves superar el escollo sobre la posible ampliación de opciones para la segregación. Fuentes del Consejo recomiendan, sin embargo, que dada la complejidad de ese punto se reserve para más adelante la resolución del conflicto.

Biofueles

Los técnicos tampoco han conseguido consensuar el punto relativo a las energías renovables y los biofueles. La mayoría de las delegaciones acepta el objetivo general propuesto por Bruselas, que fija un aumento hasta 10% en el uso de biofueles y del 20% en renovables. Pero el consenso se rompe tan pronto como esas metas se quieren convertir en obligatorias.

Los ministros, según fuentes de la negociación, intentarán buscar el equilibrio entre la necesidad de enviar una señal clara a productores y consumidores y el deseo de preservar cierta flexibilidad entre los objetivos para cada país y para cada tipo de renovable.

Un mes de tramitación y ya comienzan los retrasos

La próxima cumbre europea del mes de marzo debía dar el espaldarazo político al plan energético presentado por la Comisión Europea el 10 de marzo. El primer mes de negociaciones, sin embargo, ya ha puesto de manifiesto la dificultad de alcanzar ese objetivo. Bruselas empieza a resignarse a que ese apoyo político no llegue hasta el mes de junio, como muy pronto.El jueves, en concreto, los ministros de Industria reclamarán a la CE clarificaciones sobre el impacto de algunas de sus propuestas para la integración de los mercados de gas y electricidad, unos datos que no se esperan hasta finales de este semestre. Bruselas deberá evaluar además las implicaciones de la integración vertical de empresas extracomunitarias (léase Gazprom) en el mercado europeo.

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