_
_
_
_
La opinión del experto

Imitar el instinto de la serpiente

Jazmín Galván asegura que al igual que el reptil, capaz de intuir los terremotos a 120 kilómetros de distancia, es necesario que los acontecimientos no cojan a los directivos desprevenidos.

No será raro que cualquier profesional se sorprenda al leer el título de esta tribuna. ¿Propone, de verdad, desarrollar el instinto de los tan denostados reptiles? Sí, propongo aprender del instinto reptil de supervivencia e imitarlo en algunas de las situaciones por las que los profesionales pasamos, cada vez con más frecuencia, en nuestras carreras. En realidad, el estudio de nociones de etología (estudio del comportamiento animal) sería una aportación brillante a los contenidos de los programas de universidades y escuelas de negocios. ¿Cuántos de nuestros comportamientos en el mundo de la empresa, el más fascinante hábitat en el que puede desenvolverse un homo sapiens actualmente, no tienen una base biológica, instintiva o anclada en nuestra herencia animal? El estrés (una respuesta adaptativa de nuestro organismo a posibles agresiones), la cooperación y el altruismo tan debatidos por la sociobiología de Wison y otros autores, la competitividad en ocasiones estéril de tantos ejecutivos que parecen actuar como verdaderos primates en plena competición. ¿No somos acaso territoriales en nuestro despacho, no nos maravillamos ante la organización de las hormigas, la sincronía de los bancos de peces en movimiento común, de las aves en migración?

Pero hoy defenderé a un animal menos popular, asociado en el imaginario común con la astucia, la sinuosidad e, incluso, el mal en la tradición judeocristiana. Hete aquí que en China han descubierto recientemente que las serpientes poseen un poderoso instinto de supervivencia y son las criaturas más sensibles a los terremotos. Parece que el Gobierno chino está barajando seriamente la posibilidad de vigilar durante 24 horas al día a las serpientes que tiene en granjas especiales por medio de cámaras de videoconectadas a internet de banda ancha. Según cuentan, las serpientes, que también son un plato típico de los restaurantes del sur del país, son capaces de sentir un terremoto a 120 kilómetros de distancia entre tres y cinco días antes de que se produzca. Ante la inminencia de un terremoto, las serpientes huyen de sus nidos, incluso en lo más frío del invierno e incluso chocan contra las paredes en su intento de escapar lo antes posible. Entonces, ¿por qué no imitar a estos reptiles e intentar predecir también los terremotos profesionales que tan frecuentemente nos acechan?

Nunca huiremos como las serpientes, sino que esa intuición nos ayudará a adelantarnos, calcularlos y afrontarlos. Ejemplos de terremotos profesionales y de sus manifestaciones previas los conocemos todos: permanentes enfrentamientos con los superiores, no estar de acuerdo con la estrategia y los objetivos de la empresa, vaciamiento de responsabilidades sin que parezca que se vayan a dar nuevas, empresa comprada o a punto de serlo, próxima reducción de plantilla que nos puede afectar, incumplimiento de promesas hechas, congelación de sueldo. Seguro que todos hemos pasado alguna vez por estas situaciones que, en muchos casos, preceden a las tormentas.

En China han descubierto que estas criaturas poseen un poderoso instinto de supervivencia

¿Cómo proceder en situaciones así? Desde luego, nunca como una serpiente y salir huyendo e incluso golpearse contra las paredes en la fuga. Apelemos aquí también a otro tipo de astucia y de instinto reptil. No perdamos la calma y permitamos que las circunstancias nos obliguen a tomar decisiones de las que luego podamos arrepentirnos. Se debe pensar dos veces cualquier paso que se dé. Recomiendo, en primer lugar, llevar a cabo una autoevaluación personal y profesional y reflexionar sobre lo que se quiere en la vida y las aptitudes y actitudes que se poseen para perseguir los objetivos deseados. La situación óptima sería plantearse el posible terremoto profesional como una oportunidad para empezar a hacer lo que realmente le gusta.

De la autoevaluación se debe extraer la decisión de si se resiste dentro o se deja la empresa. Quizá se deba resistir el terremoto dentro de la empresa y ver cómo acaba. Quizá, incluso, merezca la pena tomar alguna iniciativa y, por ejemplo, hablar con los superiores y proponer algún cambio. Si, por el contrario, piensa que hay poco que hacer dentro y quiere seguir trabajando por cuenta ajena, ¡póngase en el mercado sin miedo! Despliegue toda su red de contactos personales y profesionales y hágales saber que está en disposición de cambiar de trabajo. Ofrézcase a cazatalentos y empresas de selección, ya que seguramente están buscando puestos similares al suyo.

Lo importante es no dejar que los acontecimientos le cojan a uno desprevenido y que el terremoto profesional se desencadene y tenga consecuencias negativas por no haber sido previsor y haber tenido en cuenta el instinto reptil para predecirlo con la suficiente antelación. Todos debemos ser reptiles para predecir convulsiones profesionales que nos puedan afectar. Nadie es ajeno a ello en los tiempos que corren, ¿no les parece? Si sale al campo este fin de semana, observe cualquier ser vivo que a su alrededor se arrastre, vuele, hormiguee o repte: también son fruto de la evolución, lo que quiere decir que sus conductas son adaptativas, quizá a largo plazo más que las nuestras. A lo mejor puede sacar una valiosa moraleja, al modo de las fábulas de Esopo, más real que las de cualquier libro de los nuevos gurús de la gestión.

Jazmín Galván. Directora de Right Management

Archivado En

_
_