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Análisis

No puede haber directivo más torpe

Vaya por delante mi simpatía hacia el RealMadrid, pero no puede haber directivo más torpe que el actual presidente blanco. Si elaboramos un manual con los errores que no debe cometer jamás un alto ejecutivo dentro de una compañía, y aquí estamos ante el club con mayores ingresos por marketing y con mayor visibilidad del mundo, Ramón Calderón los reúne todos.Me llama la atención que esto le pueda suceder a un ejecutivo con éxito empresarial, como es el caso de este abogado, al que suponía acostumbrado a tratar asuntos de elevada enjundia. O también puede ocurrir que el poderoso palco del Bernabéu llegue a desatar lo peor de sus anfitriones.

Lo cierto es que en las últimas semanas, este hombre no puede haber estadomás desafortunado en sus planteamientos, empezando por su salida de tono al descalificar a sus jugadores ante un grupo alumnos de Derecho, que esperaban recibir un curso de organización y gestión de empresas deportivas titulado El Otro Madrid. En este escenario, Calderón decidió hablar precisamente de ese otro Madrid, de los trapos sucios, de la trastienda de la compañía que él preside. Cabría recordarle que la primera regla que no debe olvidar un presidente de cualquier organización es defender a los suyos, sobre todo en público, y no hacer chascarrillos a su costa. No vino a descubrir nada nuevo cuando dijo que sus jugadores, aquellos a los que les consiente todo porque en su mano está cambiar sus comportamientos, no pagan cuando van a un restaurante o a una tienda de lujo. Pero si podría haber prohibido mediante la firma de un contrato, y haberlo hecho público, estas actitudes caprichosas, sobre todo cuando la mayoría de las empresas, y en este caso no debería estar exento el RealMadrid debido a su repercusión, están intentando promover actitudes de responsabilidad social y de valores éticos entre sus plantillas.

La última gran perla que ha soltado esta semana por su boca tampoco tiene desperdicio. Al anunciar el cambio de patrocinador no tuvo inconveniente en volver a arremeter de forma gratuita contra los suyos, al asegurar que el verdadero de secreto del club es la marca de la institución, y no los jugadores. Otro error de manual, si el Real Madrid se hartó de vender camisetas fue porque tenía en sus filas a Zidane, Beckham o Ronaldo. Puede que esté nervioso, pero no debe olvidar que un directivo ha de tener templanza.

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