Opciones desnudas con el Dow en récord
Naked put. Una expresión anglófona que, como suele ocurrir en el particular mundo de los mercados financieros, al traducirse de forma literal al castellano parece convertirse en un mensaje cifrado propio de una película barata de espías. Naked put significa una opción de venta o emitida por un inversor que no está cubierto con algún tipo de derivado o contrato. Es decir, ofrece a la contrapartida la opción de venderle X títulos de la acción A a un precio determinado sin tener estas acciones en cartera. Si el valor sube por encima del precio de ejercicio no hay problema. La opción no se ejecuta. Pero si el valor cae, el emisor o vendedor de la acción tiene que comprar X títulos a un precio muy por encima del de mercado.
Era una operativa relativamente común en una fecha que no es de muy buen recuerdo para los operadores de Bolsa más talludos: 1987. Se trata de una práctica a todo o nada, una suerte de órdago en términos bursátiles. La ruleta rusa, pues las pérdidas pueden ser, sobre el papel, infinitas, si la acción se desploma (en la venta de un naked put) o se dispara (en el caso de que se emita un naked call sin un colateral de acciones).
El semanario estadounidense Barron's hablaba en su columna de opinión de que este tipo de práctica está proliferando últimamente en Wall Street. También comentaba que la compra a crédito, la llamada margin debt, está cerca del pico de 2000. Y alguna otra cifra de aliño para rematar una idea: que de la mano de los máximos históricos que está registrando la Bolsa llega una oleada de capital especulativo tan agresivo como el que agitó el año pasado unos mercados de materias primas que, este 2007, están más tranquilos.
Volatilidad. Parece el destino del mercado este año. A medida que se escala la montaña el tiempo y la dirección del viento cambian de forma más caprichosa y repentina. Habrá que habituarse a este entorno.