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Los 'brokers' de la City se suben al cuadrilátero para combatir el estrés

Los 'brokers' de la City se suben al cuadrilátero para combatir el estrés
Los 'brokers' de la City se suben al cuadrilátero para combatir el estrésGRAHAM BARCLAY

David Peters, operador de swaps en francos suizos de Tullet Prebon, se quita el traje para ponerse unos pantaloncillos rojos de seda, un jersey blanco y guantes de boxeo rojos. Una vez que concluye su transformación en Mad Dave (David el Loco), se prepara para enfrentarse a Scott The Guvner (El Jefe) Gleed, ejecutivo del sector de salud y seguridad. La misma tarde, en un cuadrilátero improvisado bajo un puente de ferrocarril en la estación Liverpool Street en Londres, el asesor financiero Jon Robo Cobb se enfrenta con el contable Alan The Amazing (El Sorprendente) Fitzgerald.

'Es una inyección masiva de adrenalina', asegura Peters, de 42 años, que empezó a boxear hace dos años y pelea cada dos meses. 'Siempre siento mucho miedo antes de subir al ring, pero luego es fantástico'.

'El boxeo de cuello blanco'' se ha vuelto tan popular en el distrito financiero de Londres que The Real Fight Club, el primero en organizar estas peleas en la ciudad, tiene ahora unos 1.000 miembros y abrirá el 29 de enero un gimnasio detrás de las oficinas de Société Générale. Cityboxer.com, que también organiza estas peleas, ha atraído a unos 300 boxeadores en el último año. 'Si tienen un mal día en los mercados, esta es una manera perfecta de descargarse', opina Matthew Baldwin, de 27 años, otro operador de swaps y espectador de la pelea de Mad Dave.

'Si tienen un mal día en los mercados, es una manera perfecta de descargarse', opina un operador financiero y espectador de los combates

Alan Lacey, fundador de The Real Fight Club, explica que empezó a boxear cuando organizaba eventos para bancos y era un 'gordo cuarentón que intentaba dejar de fumar'. El club que estableció en 2001 atrae ahora hasta 300 espectadores a sus peleas.

En la mayoría de las peleas, de tres asaltos, no se declaran ganadores porque no son para ganar o perder, aclara Lacey, de 54 años. 'Esta es una oportunidad de que un hombre sea un hombre', añade. 'Es un tiempo de fantasía, pero combinado con la realidad, porque hasta un golpe de un contable es realmente un golpe'.

El sector femenino también ha subido al ring. 'The Real Fight Club ha organizado unos cinco encuentros entre mujeres', explica Lacey, y Cityboxer.com entrena a 10 mujeres, aunque todavía no ha organizado peleas para ellas.

El tiempo de fantasía de David Peters comienza cuando pasa entre el público en pleno clamor con la canción Smoke on the water, de Deep Purple, como música de fondo. Cuando suena la campana, la muchedumbre -principalmente hombres que llevan puesto traje oscuro y tienen una cerveza en la mano- gritan: '¡Vamos Davo, adelante!'.

Peters usa unos guantes de 16 onzas (unos 450 gramos) en lugar de los de 6 a 8 onzas (entre 170 y 225 gramos) de los profesionales. Los guantes son más pesados para dificultar los golpes. 'La gente no se da cuenta de lo duro que es simplemente levantar los guantes', explica Lacey. Además, cada round dura sólo dos minutos en lugar de los tres reglamentarios.

'Trabajamos en un ambiente muy agresivo, y ver a estos hombres golpearse el uno al otro es una satisfacción', dice Neal Taylor, corredor de Bolsa de 30 años.

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