Buen ambiente en La Vida es Bella
Tiago Machado tiene un doble objetivo: hacer felices a empleados y a clientes
Asegura que es una persona feliz. Y que trabaja en un negocio que le estimula y le hace la vida agradable. No en vano, Tiago Machado, lisboeta de 36 años, dirige La Vida es Bella, una compañía dedicada a la búsqueda de experiencias originales. Su objetivo es hacer realidad sueños, desde convivir con amigos en un castillo en Escocia, salir a pescar tiburones, realizar un viaje de lo más exótico, vivir una aventura detectivesca en Londres a lo Scherlock Holmes o algo más modesto como poder recibir un baño de chocolate o de vino. Por tanto, la principal función de Machado es hacer felices a sus clientes. 'La vida es bella es más que un nombre, es una actitud. Somos los mayordomos de los sueños y un proveedor eficaz de experiencias únicas al alcance de cualquier persona', afirma.
Trabaja en un espacio bañado de color rojo. La moqueta, los cuadros y todos los accesorios son de ese tono. La habitación no es demasiado amplia, pero asegura que tampoco lo necesita. De hecho, asegura que no le gusta su despacho, ubicado en un edificio de oficinas próximo a la Plaza del Callao en Madrid. 'Nuestra idea es progresar e instalarnos en unas oficinas mayores y en una mejor zona, pero de momento acabamos de arrancar con el proyecto y estamos posicionándonos'. Apenas lleva diez meses en España, donde ha llegado con esta idea de negocio importada de Portugal, donde ya llevan trabajando en este proyecto tres años y con el que facturan cuatro millones de euros. 'Vimos que España era un mercado potencial, donde la gente vive el ocio de manera especial y podía tener aceptación la idea de que se pudieran desarrollar los sueños de las personas'.
Tiago Machado ha visto cumplido el suyo. Para empezar, ha creado su propia compañía y ha podido dar rienda suelta a su vena emprendedora, que le viene de familia. 'Es algo que he mamado de pequeño. He vivido siempre lo que es el riesgo empresarial, el hecho de dormir poco y trabajar mucho'.
Anteriormente había trabajado en las áreas de marketing y de ventas de una entidad financiera y de multinacionales como Pepsico o Warner. No se arrepiente de la decisión tomada porque, según asegura, trabaja en un sector 'muy sexy, que permite relacionar las emociones directamente con el cliente. Y se puede trabajar con todos los grupos y edades'. Una vez puesto ideado el negocio no dudó en dejarlo todo e instalarse en Madrid. 'Esto para mí no es ninguna broma porque he dejado a mi familia, a mi esposa y a mis dos hijos en Lisboa. He arriesgado mucho por ser y hacer felices a otros'.
Asegura que en La vida es bella no se viven tensiones, que todo transcurre apaciblemente. 'Esto no es un empleo para las personas que trabajan aquí, es un trabajo, y todas tienen su responsabilidad'. La única tensión que se vive, afirma Machado, es la que uno tenga consigo mismo para poder desarrollar en condiciones óptimas su trabajo. 'En esta empresa tenemos un espíritu bastante familiar. Comemos y cenamos juntos, tenemos un ambiente espontáneo y genuino'. Explica, además, que se trabaja sin reloj. 'Todo el mundo sabe el tiempo que le tiene que dedicar a su trabajo para que el hijo nazca sano'.
Su estilo de dirección no es otro que dejar hacer. 'Mi objetivo es que todo el equipo se lance y arriesgue. Lo importante es que uno se equivoque lo menos posible, pero para ello tengo que dar a todos total autonomía'. Sin embargo, Tiago Machado reconoce ser bastante paternal y protector con el equipo. 'Soy bastante sensible a los problemas de las personas. Aquí venimos a crear algo, no se viene sólo a tener un sueldo, sino a crecer como personas, a estar motivados'.
Asegura que lo mejor de La vida es bella es, sin duda, el entusiasmo de la plantilla, cuya horquilla de edad se sitúa entre los 21 y los 33 años. 'Si estás contento, todo fluye de manera natural'. Con el objetivo de motivar al personal, tiene previsto que en un futuro no muy lejano los empleados puedan participar del capital de la compañía. 'Es importante que todos tengan la sensación de que lo que construye es de todos'.
Manía por el orden y el cumplimiento
Es un maniático del orden, del rigor y del cumplimiento. Utiliza la palabra como elemento de compromiso, y procura cumplirla. 'No me gusta prometer algo que no voy a poder dar'. Prueba de su rigurosidad es una caricatura que le regalaron sus antiguos empleados, en el que se refleja esta cualidad. 'Si marco una reunión a una hora determinada, tiene que empezar a esa hora'. Entre los objetos más preciados se encuentra un reloj solar, aunque no le tiene mucho apego a los objetos. 'Me importan más las personas'.Uno de sus sueños es tener muchos hijos. Para Tiago Machado, licenciado en Empresariales, todo en esta vida es secundario, menos la familia. 'Se trata de una prolongación tuya. Nadie es eterno, pero prolongas tu existencia a través de tu descendencia'. Aunque su sueño profesional es tener un colegio. 'Me encantan los niños y todo lo relacionado con su educación. Y, por ejemplo, mi gran reto es que los niños no vean las matemáticas como si vieran a una bruja'.