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Directivos

Confianza y una idea de negocio para emprender

Las mujeres tienen menor iniciativa empresarial. La mayoría crea su propia compañía por necesidades económicas

Confianza, objetivos y persistencia. Tres competencias que un emprendedor no debe perder de vista. No es fácil arriesgarse a montar una compañía propia, ya que son innumerables las trabas que se encuentran en el camino. Lo que sí hay es una fuerza interior que te lleva a luchar por el proyecto. Es lo que le ocurrió a Gonzalo G. Castellanos, madrileño de 29 años, que ya cuando estudiaba la carrera de Derecho decidió que quería poner en marcha su proyecto de empresa. Y no se echó atrás.

Reconoce que el principal soporte lo tuvo en sí mismo y en la confianza que tenía en crear su idea empresarial. 'Mi objetivo era no depender de nadie profesionalmente, pero sobre todo mi principal meta era crear algo por mí mismo'.

Algo parecido le sucedió a Carlos Morales, peruano de 34 años, quien nada más finalizar en Lima la carrera de Psicología Social, montó su propia empresa de consultoría. 'A pesar de que sabía que no era fácil, quería desarrollar mi idea de negocio y conseguir una meta que tenía desde hacía tiempo. Quería no depender de nadie, rendirme cuentas a mí mismo'. Su aventura emprendedora le duró ocho años. Vino a España con la finalidad de estudiar un Máster en Dirección de Empresas en la escuela de negocios EADA, donde actualmente trabaja dirigiendo el Centro de Excelencia en Entrepreneurship e investigando sobre emprendedores.

Algunas definiciones de emprendedor recogen la idea de que se trata de aquella persona que tiene voluntad y competencia para empezar una nueva empresa enfrentando la incertidumbre, buscando y organizando recursos y creando oportunidades. La confianza personal, según un estudio elaborado por EADA sobre las competencias para el éxito de los emprendedores y emprendedoras, es la base de un empresario. Según explica uno de los autores del informe, Martin Rahe, director de investigación y desarrollo en el citado centro, 'quien empieza un negocio cree poder hacerlo'. Es alguien que confía por encima de todo en sus propias habilidades para asumir la decisión personal de no ser asalariado y enfrentarse a los riesgos que esto implica.

Negocios masculinos

En cuanto a la valoración de las competencias, existen diferencias entre hombres y mujeres. 'Ellas aseguran que la clave de su éxito no es la confianza personal, sino la persistencia'. Su compañero en la investigación, Carlos Morales, lo justifica con el siguiente argumento: 'En España sucede todavía que es una sociedad de negocios masculina y la mujer tiene un ambiente mucho más hostil para llevar a cabo sus ideas que los hombres. Por tanto, su capacidad de resistencia es mayor'. Es algo que también reconoce la Organización Internacional del Trabajo en un estudio sobre las mujeres en los puestos de dirección, al decir que éstas deben hacer frente a diversos obstáculos en casi todas las fases de sus actividades empresariales, como la puesta en marcha, funcionamiento, diversificación y crecimiento del proyecto. Sirva para avalar lo anterior el siguiente dato que maneja el Instituto de Empresa en su Global Entrepreneurship: sólo el 30% de las personas que emprende un negocio son mujeres. En 2004 se identificaron en España 287.000 emprendedoras frente a 730.000 empresarios, siendo Cataluña la comunidad autónoma con mayor actividad emprendedora femenina.

La misma fuente señala que la mayoría de las emprendedoras tiene entre 25 y 44 años, etapa de vida en que el esfuerzo por conciliar la esfera laboral con la familia es mayor. El 26% tiene formación superior; en los hombres, el porcentaje es semejante, el 27%, y más del 80% crea una compañía en el sector servicios. Es la necesidad económica, muchas veces, la que impulsa a las mujeres a iniciar una aventura empresarial. A mayor renta, las mujeres tienen una menor iniciativa emprendedora: tan sólo el 35% de ellas frente al 44% de los hombres. Esta relación se invierte para sectores de rentas bajas. 'Pero son los emprendedores, y aquí se incluyen también a las mujeres, con mayores posibilidades de éxito aquellos que al crear una empresa desean realizar una idea personal, y no únicamente salir del paro o mejorar su situación económica', afirma Morales.

La competencia menos importante, en opinión de los encuestados, es la disposición a correr riesgos. 'Puede resultar que esta competencia sea la menos valorada debido a que los españoles son conservadores en cuanto al riesgo que asumen, lo que en la práctica puede significar un montante de capital bajo para la inversión en los proyectos del lanzamiento empresarial, escasa previsión de creación de empleo o elección de sectores tradicionales para el negocio', señala. Otra interpretación invita a pensar que la disposición a correr riesgos está incorporada a la idea de ser emprendedor. 'Lo importante es que, en la práctica, se traduzca en decisiones planificadas y políticas controladas', dice Martin Rahe.

En contra de lo que sucede en otros países, como Estados Unidos donde se tarda dos días en crear una empresa, en España las trabas burocráticas y fiscales suponen un impedimento para emprender un negocio. 'Lo que sucede es que no existe una educación orientada a desarrollar ese espíritu emprendedor. Lo que se fomenta es trabajar como asalariado para otro, o tener un puesto fijo en la administración pública. Es una dificultad que viene en la educación', señala Morales. En una encuesta realizada a jóvenes, el 90% rechazaba la posibilidad de crear una empresa y casi el 50% de los padres aconsejaba a sus hijos prepararse unas oposiciones para convertirse en funcionarios. 'Es necesario dinamizar la cultura emprendedora para hacer sostenible la economía'.

Por comunidades autónomas, es Cataluña la región con mayor número de emprendedores. 'Existe una gran tradición. El tejido industrial es muy importante en esta zona, y tiene un carácter claramente emprendedor'.

'No quería depender de nadie'

Desde pequeño ha vivido el espíritu emprendedor en su casa. Gonzalo G. Castellanos, de 29 años, procede de familia empresaria. Antes de finalizar la carrera de Derecho sabía que no quería trabajar por cuenta ajena. De esta manera montó una empresa de logística. Prefería tomar las riendas de su propio destino profesional.'No quería depender de nadie, y como tenía proyectos a desarrollar, decidí ser independiente y arriesgarme a ponerlos en marcha'.Asegura que la burocracia que existe en España para poder iniciar un negocio es, tal vez, la principal dificultad con la que se encuentra un emprendedor. 'Es muy triste que esto suceda, sobre todo teniendo en cuenta que alrededor del 90% del empleo en este país lo generan las pequeñas y medianas empresas'. En su opinión, entre los jóvenes existe cada vez menos iniciativas empresariales. 'Lo que se busca, aunque también hay excepciones, es un empleo para toda la vida, pero puedo decir que no hay nada comparable a la libertad que se siente siendo empresario, aunque este puesto acarree muchas complicaciones'.Sin embargo, todas esas preocupaciones se diluyen, no desaparecen, cuando la empresa empieza a tomar forma. 'Yo me siento orgulloso de haber podido crear empleo, de ver que la gente que trabaja en la compañía se siente a gusto, recibe formación y tiene la oportunidad de crecer tanto personal como profesionalmente'.Lo que aconseja a todo aquel que quiera iniciar una aventura empresarial es que no tire la toalla si tiene un proyecto de negocio interesante. 'Si se cree en algo, hay que luchar'.

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