El giro necesario hacia el futuro
El crecimiento encadenado de una docena larga de años que ha registrado la economía ha acentuado los desequilibrios del modelo de desarrollo de España, que debería corregir antes de perder el fuerte pulso de la actividad para no encontrarse de repente, si surge una crisis, con una economía sin respuesta, paralizada.
Un vistazo a la síntesis de indicadores cualificados de la economía nacional que elabora el Servicio de Estudios del Banco de España permite encontrar un pequeño problema en casi cada uno de ellos. Pero desde luego ofrece una explicación completa de la ausencia de un rumbo planificado hacia el futuro si se analizan todos de forma interrelacionada. Ilustra bastante bien esta conclusión el hecho de que España gaste casi el doble que la media de la zona euro en inversión residencial, pero que gaste poco más de la mitad en inversión educativa o en investigación y desarrollo.
España ha registrado mejoras importantes en las variables de inversión, tanto en equipamiento del sistema productivo, con infraestructuras y bienes de equipo industrial, como en investigación o la propia educación. Pero, como en una carrera ciclista, los competidores también han pedaleado, y lo han hecho de forma general con más convicción. España ha aprovechado formidablemente los flujos financieros de la UE en los últimos 20 años, pero seguramente ha descuidado la calidad de sus esfuerzos en materia formativa, a juzgar por los niveles de calidad comparada reflejados en los informes internacionales.
El gasto en infraestructuras es básico, como lo es el tecnológico, aunque en muchos casos puede resultar igual de caro comprar la tecnología que crearla. Pero el que mejor determina el futuro de una economía en el largo plazo, el que más influye en el éxito del modelo de crecimiento, es la cantidad y calidad de su educación. Los países con porvenir, al que España puede engancharse si corrige a tiempo los desequilibrios en sus prioridades, son aquellos que gastan más dinero y ponen los cinco sentidos en el futuro, en la cualificación de su juventud.