Bruselas ralentiza las negociaciones de adhesión de Turquía
La Comisión Europea propuso ayer, una semana antes de lo previsto, la suspensión parcial de las negociaciones con Turquía para su ingreso en la UE. La propuesta, que castiga a Ankara por negarse a reconocer a Chipre, necesita el respaldo unánime de los 25 Estados miembros. Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE la estudiarán el próximo día 11.
El comisario europeo de Ampliación, Olli Rehn, aseguró que no se trata de 'congelar las negociaciones, sino de ralentizarlas'. El comisario, contrario a la ruptura, negó que el adelanto en el calendario sea para evitar las presiones de los países partidarios de suspender totalmente las negociaciones (Francia, Austria o Chipre).
Rehn ha buscado un difícil equilibrio entre esos países y los que como el Reino Unido, España o Italia prefieren ser benevolentes con Ankara. De momento, sólo propone que no se inicien las negociaciones con Turquía en ocho de los 35 capítulos en que se divide el proceso de adhesión y que se cierre ninguno mientras Turquía no permita el acceso a sus puertos y aeropuertos de los barcos y aviones con bandera chipriota. Aún así, Ankara la calificó de 'inaceptable'.
Su propuesta sorprendió a los líderes de la UE en Riga, donde asistían junto al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, a la cumbre de la OTAN. En Letonia, el presidente francés, Jacques Chirac, se vio obligado a explicar a Erdogan que 'no había otra opción'. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por el contrario, pidió en Riga que se 'mantenga la puerta abierta a Turquía'.
La suspensión parcial también recibió el apoyo del Partido Socialista Europeo, mientras que europarlamentarios del grupo Popular la calificaban 'como un signo debilidad' por parte de la UE.