'Govern d'Entesa': construir un equipo
José Montilla, nuevo president de la Generalitat de Cataluña, afronta una de las tareas más exquisitas y gratificantes que puede deparar la vida profesional a una persona: la de construir y desarrollar un nuevo equipo. Es ésta una rica experiencia que, tanto en el mundo de las organizaciones como en el de la política se ofrece a los humanos dos, tres o -con suerte- cuatro veces, como mucho, a lo largo de la carrera: por limitaciones de la vida activa, por la aparición de la oportunidad y por la duración del proceso. Todos recordamos con enorme satisfacción la vivencia y aprendizaje que conlleva haber creado un gran equipo a partir de cero.
Con frecuencia se da el comparar a un equipo excelente con una orquesta perfectamente compenetrada con su director. El anterior Govern nos recordaba la imagen, en negativo, de la banda de música en algunas corridas de toros en verano, allá por campos de Andalucía, único lugar donde de verdad se disfruta de la fiesta. Siempre me ha divertido ver cómo, a veces, el director de la banda, en mitad del pasodoble, deja la batuta para tomar un trago o conversar brevemente con los amigos, y la orquesta continúa tocando ella sola, sin que se note la ausencia. Todos se saben la partitura a la perfección. Al poco, el maestro se reintegra a su cometido, con la música en marcha, y culmina la pieza con su equipo, recibiendo todos los merecidos aplausos.
El antiguo tripartito, con director y sin él, hubiera parecido una banda donde la pieza a tocar se descomponía en fogonazos de mil partituras distintas. En la pasada legislatura, el tripartito ha destacado por:
l Excesiva focalización en la negociación del nuevo Estatuto, que prácticamente ha monopolizado el debate político, dejando en segundo plano la respuesta a las principales necesidades e inquietudes de los ciudadanos.
l Partidos descoordinados, gestionando cada uno su propia agenda y prioridades.
l Mala comunicación, con un mensaje fragmentado a la sociedad.
l Ausencia de una dirección firme y de autoridad indiscutida.
l Estilo de liderazgo visionario y poco cercano a la realidad de los ciudadanos.
Ante la tarea de construir y fortalecer el nuevo equipo para el desarrollo de una gestión eficaz, un consultor sugeriría a José Montilla ciertas pautas, algunas de ellas ya expresadas por él, y otras que seguro ya tiene en su mente:
l Transmitir, con liderazgo y autoridad, el cambio frente a la situación anterior.
l Tener claro que la misión básica es la de servir al puesto y a los ciudadanos que representa; no servirse del puesto para satisfacer el propio ego y necesidades personales de reconocimiento.
l Definir la agenda de la nueva Administración/gestión, de forma que todo el equipo tenga claro el programa de actuación.
l Coordinar la acción de los tres principales componentes del Govern y lograr una fuerte cohesión interna, evitando riesgos de insolidaridad en caso de problemas.
l Establecer como prioridad una correcta comunicación de la acción de gobierno, con una sola voz y un único mensaje que sintetice en una sola las posibles visiones distintas.
l Ante problemas o crisis, dar una imagen clara de liderazgo y decisión, sin tener que negociar previamente cada tema.
l Todo ello con estilo humilde, convicción y fortaleza, mucho más cercano a los problemas reales de la ciudadanía.
En definitiva, desarrollar una acción de gobierno que dé respuesta a las necesidades de todos los catalanes en educación, sanidad, inmigración, seguridad, infraestructuras y otros grandes temas. El anterior tripartito se rompió por el Estatuto, pero estaba ya malherido por varias crisis en las que dio imagen de inoperancia e improvisación.
Si Montilla consigue conducir con prudencia y temple a sus socios hacia un modelo de las características citadas más arriba, habrá logrado hacer del Estatuto un cuadro de mando dirigido por un equipo competente y cohesionado, capaz de gestionar y desarrollar eficazmente una Cataluña solidaria e integrada con el resto de España.
Montilla tiene hijos y nietos catalanes, al igual que muchos andaluces de Cataluña. Como director de la gran orquesta de la Entesa, con su equipo tendrá que interpretar, para todos los catalanes, sardanas, pasodobles y seguidillas: todavía mejor que sus antiguos paisanos en la fiesta nacional, allá por campos de Andalucía.
José Medina. Presidente de Ray & Berndtson