Resultados viento en popa
Los optimistas se están quedando cortos. Las previsiones de resultados empresariales para 2006 han sido prácticamente superadas en los nueve primeros meses y los beneficios se encaminan hacia su cuarto récord anual consecutivo, tras completar el mejor tercer trimestre de la historia. Las 35 del Ibex han ganado de enero a septiembre un 33,66% más que en igual periodo del año pasado y el beneficio agregado del conjunto de las cotizadas subió un 24%. Y todo ello con el valor añadido de crecer sobre los récords anteriores. Un brillante desempeño que ya está teniendo un claro efecto positivo en la remuneración a los accionistas: los dividendos ya han superado los de 2005.
Esta fortaleza, sustentada por la buena evolución económica general, se basa en tres factores. Primero, el aumento de los ingresos; tanto en el capítulo doméstico -impacto positivo de la inmigración, mayor demanda y ampliación del mercado- como en el exterior, por el buen comportamiento de América Latina y un muy saludable crecimiento de los negocios en Europa. Otro catalizador son las adquisiciones y el correspondiente aumento de perímetros de consolidación -el caso más significativo: Telefónica con la británica O2-. La tercera razón es más coyuntural: aumento de los resultados extraordinarios por la venta de activos en algunas empresas. Mantener este ritmo de crecimiento será difícil, pero los analistas calculan que en 2007 se mantendrá en dos dígitos.
El nubarrón principal está en el fuerte endeudamiento en que han incurrido muchas empresas para financiar su crecimiento mediante adquisiciones. La deuda del Ibex ha crecido un 40% en lo que va de año y alcanza un tercio de su capitalización total. El precio del dinero invita a esa estrategia, pero un cambio brusco de ciclo podría resultar dramático. Sin embargo, las empresas no pueden desaprovechar la oportunidad de esta larga bonanza para crecer, tanto dentro como en los mercados exteriores. La consistente inversión en bienes de equipo y las operaciones de compra parecen confirmar esa estrategia en las grandes compañías, aunque está por confirmarse en las medianas y pequeñas.