Todos tendrán algo que rascar
Es extraño este ejercicio 2006 en el que las Bolsas están en máximos pero el dinero huye de los fondos hacia los depósitos. El partícipe se está perdiendo la subida de los mercados de valores, pero en realidad no se trata ninguna novedad, porque el tan cacareado perfil conservador del inversor español resulta que es una verdad como un templo.
El ahorrador español es conservador y es fiel a su oficina de banco o caja. No le gusta arriesgar ni le gusta cambiar de banco, así que suele hacer caso de lo que le dicen en su oficina y contrata el producto que le ofertan, el cual tengan por seguro que será un producto donde se arriesgue poco o nada. No piensen que la banca minorista a estas alturas va a vender masivamente un producto que requiera mucha explicación y con el que se pueda perder dinero. Tras el pinchazo de 2000, la banca comercial ya no se pilla los dedos.
En una situación como la actual, en un entorno subidas de tipos, la batalla comercial no se desarrolla entre bancos y cajas, bancos contra bancos o cajas contra cajas, sino entre las divisiones de pasivo y activo de cada entidad. Los depósitos compiten con los fondos del mismo banco y queda al albur de la red de oficinas quién será el ganador, según vuelque los esfuerzos comerciales en uno u otro sentido.
Esta semana, una de las grandes gestoras españolas, en la presentación de sus perspectivas para 2007, auguraba para el año que viene cierta la homogeneización de las rentabilidades. Es decir, que todas las familias de fondos se comportarán medianamente bien. No como este año, que fuera de la renta variable los inversores se han topado con un secarral.
Los fondos de Bolsa seguirán ganando más, pero menos que este año, y los de renta fija ganarán algo, que ya es mucho comparado con 2006. Todo lo cual es buena noticia para el ahorrador, ya que si se cumplen las expectativas, esté en depósitos o esté en fondos, más o menos conservadores, algo tendrá que rascar.