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Reordenación energética

Iberdrola plantea adquirir el quinto grupo eléctrico británico

La segunda eléctrica española ha tanteado a la británica Scottish Power con vistas a una compra. De concretarse, Iberdrola tendría que desembolsar al menos 16.300 millones de euros, el valor del grupo en Bolsa ayer. El acercamiento se ha producido al margen de ACS, primer accionista de la española, cuyo plan hasta ahora era una fusión de Iberdrola con Fenosa.

El tanteo de la eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán hizo temblar las piezas del tablero nacional de la energía. Iberdrola ha hecho una aproximación a la quinta eléctrica británica, Scottish Power, para sondear una compra. El movimiento desató ayer nervios empresariales, y no sólo en el sector energético.

La noticia saltó a última hora de la tarde, después de que el consejo de Scottish Power tuviera que reconocer a la Bolsa de Londres un acercamiento de una compañía sin identificar, pero que podía o no acabar en oferta. La acción subía con fuerza desde por la mañana. Iberdrola señaló oficialmente que no ha hecho ninguna oferta por la británica y declinó hacer más comentarios.

Sin embargo, fuentes del mercado confirmaron el contacto de la eléctrica española. Que Scottish Power estaba en venta era algo sabido desde hace meses, sobre todo después del intento fallido del gigante alemán Eon, que ahora pretende a Endesa. En este contexto, Iberdrola se interesó por la operación.

De materializarse, el grupo en el que la constructora ACS es primer accionista desde el mes pasado se haría con un grupo con una capitalización de 16.300 millones de euros, aproximadamente la mitad de lo que vale la eléctrica española en Bolsa. Pero la transacción perdía ayer visos de poder concretarse por varias razones. Una vez destapado el acercamiento, si Iberdrola tiene verdadero interés en la compra se verá obligada a pagar un precio muy elevado por la pieza, tal y como le ocurrió a Ferrovial en su opa por el grupo de aeropuertos británico BAA. Por otro lado, algunas fuentes conocedoras de los contactos apuntan al carácter exploratorio de los mismos.

Pese a ello, el movimiento siembra algunas dudas sobre el papel que tendrá ACS en los pasos que está dando Iberdrola para blindarse de cualquier compra hostil. Por un lado, los tanteos se han producido al margen de la constructora que preside Florentino Pérez, ya que se enmarcan en las exploraciones de oportunidad de negocio habituales de las empresas, que no suelen comunicar a los accionistas hasta que se concreta. Por otra parte, una compra onerosa como la de Scottish Power puede hacer tambalear el proyecto que hasta el momento tenía ACS de fusionar Iberdrola y Unión Fenosa, en las que es primer accionista con el 10% y el 36%, respectivamente, con el fin de crear la primera eléctrica española.

Si la adquisición desemboca en una fusión de la compañía presidida por Galán y la escocesa, la primera consecuencia es que el peso de ACS se diluiría significativamente. Fuentes del mercado no descartan que el presidente de Iberdrola pueda buscar una vía para rebajar la influencia de la constructora.

De momento, el margen de maniobra que tiene ACS ahora dentro de la eléctrica es limitado porque aún no tiene consejeros y, según dijo Galán hace unas semanas, no los había pedido. Bien es cierto que puede no haberlos solicitado porque para ello tiene que recibir el visto bueno de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) y aún no lo ha obtenido. De fondo, se mantiene la incertidumbre sobre los cambios legales que ACS e Iberdrola han pedido para que la fusión con Fenosa pudiera crear realmente la suma de dos eléctricas sin tener que hacer grandes desinversiones.

La empresa que rechazó la proposición de Eon

Scottish Power es una de las eléctricas más deseadas en el convulso sector energético europeo en los últimos tiempos, al ser ya una de las pocas sin participación pública ni obstáculos de compra. Una novia que, sin embargo, se hace de rogar, como pudo comprobar Eon hace un año. En noviembre de 2005, los alemanes vieron rechazada una oferta de compra de 16.865 millones de euros, que el grupo británico tachó de insuficiente.Ayer, tras hacer pública la existencia de contactos corporativos, las acciones de Scottish Power se dispararon un 18,9% y alcanzaron un máximo histórico intradía de 798 peniques por título. Finalmente, cerraron la jornada con una revalorización del 8,7%, hasta los 730 peniques, lo que sitúa su capitalización en 10.900 millones de libras (unos 16.300 millones de euros).La compañía que preside Charles Miller es la quinta eléctrica británica y emplea a 9.440 trabajadores. Cuenta con 6.350 megavatios de potencia y una cartera de 5,2 millones de clientes de gas y electricidad en el Reino Unido. Con un importante parque renovable, también opera en Irlanda, EE UU y el oeste de Canadá. Con un beneficio operativo de 1.298 millones de euros en el año fiscal 2005-2006, planea invertir 7.165 millones hasta 2010.

Una prima del 10%

La oferta que, según la prensa británica, puede haber puesto sobre la mesa Iberdrola es de 800 peniques por acción de Scottish Power. Esto supone desembolsar 17.856 millones de euros y representaría una prima del 10% sobre la cotización de ayer.

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