Mal ambiente en la XVI Cumbre Iberoamericana
Si a algún andaluz, a un gallego, a un catalán o a cualquier español le preguntaran si se siente iberoamericano creería que es una broma. Cabe preguntarse para qué sirven entonces estas cumbres con tan pomposo nombre. Como tantas reuniones de jefes de Estado, sirven para que algunos hablen de a dos o de a tres de lo que les puede interesar recíprocamente, como lo hará Kirchner con Zapatero para tratar el tema de la antigua deuda argentina del blindaje de los tiempos de Cavallo, aún impagada (...).
En el caso de Uruguay la ocasión pudo ser la ideal para que nuestro Gobierno hablara con sus socios del Mercosur para mejorar su posición en la alianza. Pero ocurre que el Mercosur nunca atravesó por una crisis más grave (...).
Bien Tabaré Vázquez presidente de Uruguay en sus declaraciones previas. Bien al admitir con elegancia la burda excusa de inasistencia del norteño Luiz Inácio Lula da Silva y mucho mejor todavía cuando con serenidad y firmeza rechazó diálogos con Argentina mientras existiera corte de puentes (...). Esto al margen de una cumbre que se exhibe chata y genera en el pueblo la sensación de que no servirá para nada (...).
Y si todavía hay que aguantar a Chávez, se explica aprovechar el día sándwich puente para esparcimiento y descanso.
El País Digital, Montevideo