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CincoSentidos

¿Llega el final del agua gratis?

La batalla contra el consumo excesivo en los hogares está bien, pero el gasto del valioso líquido corresponde fundamentalmente al campo, que bebe el 80% del total

Cinco litros para beber, diez litros para cocinar, quince litros para asearse, veinticinco para sanear el hogar y cinco litros para regar las plantas y realizar otros trabajos domésticos. Sesenta litros, en total. Esta es la cantidad de agua que necesita un ser humano para vivir dignamente. Lo ha dicho en reiteradas ocasiones la Organización Mundial de la Salud y lo volvió a repetir el martes la ministra española de Medio Ambiente.

Cristina Narbona, haciendo suya una propuesta de Ecologistas en Acción, anunció a los miembros del Consejo Nacional del Agua que la ley reformada garantizará 'a cada español, y a un precio razonable, el consumo diario de 60 litros de agua potable'.

¿A un precio razonable? La propuesta ministerial, que aún debe articularse legalmente, reabre un viejo debate: ¿cuánto debe costar un bien que es propiedad de todos? Narbona, que ayer recordó de nuevo que precio del agua lo fijan los ayuntamientos y que el ministerio sólo puede recomendar el uso de un sistema tarifario que desincentive un uso abusivo, evitó cuantificar lo que entiende por precio razonable y no especificó si la Ley de Aguas fijará esa tarifa mínima.

Santiago Martín Barajas es miembro de Ecologistas en Acción y responsable de la política de aguas de esta asociación de asociaciones. A su juicio, el Gobierno tiene capacidad de maniobra para forzar la implantación municipal de un sistema de baremos. 'La fijación del precio es una competencia de los consistorios, de acuerdo, pero la norma puede obligar a que los primeros 60 litros consumidos sean muy, muy baratos, casi gratuitos, y que a partir de ahí los excesos se paguen ¿a qué precio? El que decida cada pleno municipal'. Insistiendo en el debate, Narbona recordó ayer que en muchos municipios gastar 100 litros de agua o 500 cuesta lo mismo, 'y eso no tiene sentido'.

En cualquier caso, el consumo urbano dista bastante del que hoy hacen los regantes. En España entre el 75% y el 80% del agua que se consume es para uso agrario, sobre todo para regadío. Y los agricultores están pagando por las aguas de superficie entre uno y tres céntimos de euro el metro cúbico. Sin embargo, si se contabiliza el coste económico real de ese agua, el precio debería rondar los 15 o 20 céntimos de euro el metro cúbico. 'Por eso la desaladora de Carboneras (Almería) está al 20% de su capacidad, porque ese agua cuesta 60 céntimos y nadie quiere pagarlos. Este año sólo ha vendido cinco hectómetros cúbicos', se queja Santiago Martín Barajas.

El catedrático de Hidrogeología, Francisco Javier Martínez, señala que 'el agua no es escasa. Hay la que hay, y por tanto se debe preservar para los usos realmente necesarios. Nadie dice que la atmósfera es escasa cuando vertimos CO2 y el resto de los gases invernadero', recuerda.

Desde Ecologistas en Acción advierten que la directiva marco del agua, que se traspuso al derecho español en diciembre de 2003, exige, en su artículo 9, que se respete el principio de recuperación de costes. O lo que es lo mismo, que se repercuta en los precios las inversiones necesarias para captar, almacenar, distribuir y depurar ese agua. Hoy por hoy, la ley no se cumple.

Pedro Arrojo, economista y presidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua, ha criticado reiteradamente y en diversos foros el hecho de que aún hoy se siga apostando por los regadíos. 'Es inadmisible que se mantengan las expectativas de nuevos regadíos sin asumir el principio de recuperación de costes'. En su opinión, es comprensible que en regadíos ya existentes, se reconozca los derechos adquiridos y no se pague el precio real, porque eso sería un desastre para los regantes, 'pero no se puede seguir subvencionando el futuro', insiste.

Trucos para garantizar un uso racional

Evite despilfarros. Un grifo abierto gasta más agua de la que se imagina: de cinco a diez litros van al desagüe cada minuto. Si deja el grifo abierto mientras se lava los dientes puede malgastar casi 20 litros de agua. Si se ducha con el grifo abierto, puede tirar 60 litros de agua. Fregar los platos con el grifo abierto supone un consumo de unos 100 litros de agua. Lavar el coche con una manguera puede suponer un consumo de unos 500 litros de agua.Electrodomésticos eficientes. Use electrodomésticos que lleven etiqueta ecológica. Es conveniente renovar los aparatos, grifos, duchas y cisternas por otros más modernos y eficientes. Por ejemplo, el cabezal de ducha de bajo consumo reduce la cantidad de agua gastada a la mitad.Reformas en el hogar. Si va a construir o remodelar su vivienda, agrupe el baño, el lavadero y la cocina en un área para evitar largas líneas de tuberías. Sitúe los calentadores cerca de los lugares donde es necesaria el agua caliente. Utilice varios calentadores si fuera necesario.Ahorro en el jardín Utilice la escoba en lugar de la manguera para limpiar patios y terrazas. Ajuste correctamente los aspersores y concentre el riego en las zonas verdes. Utilice plantas autóctonas que consuman poca agua. Deje crecer el césped un poco más alto, disminuirá la evaporación del agua. Riegue a primera hora de la mañana o al atardecer, evitará que se evapore el 30% del agua.Pautas en la cocina. Cuando le sobre aceite, no lo vierta en el fregadero, ni en el WC, porque resulta muy costoso y difícil de depurar esa grasa de los desagües. Viértalo en un bote cerrado y tírelo a la basura.

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