Qalidès, el Penedés más moderno
Nace una asociación formada por nueve bodegas punteras de la DO
Hace ahora dos años un grupo de nueve bodegueros del Penedés decidió asociarse para crear Qalidès (la unión de las palabras calidad y Penedés), una agrupación que pretende desmarcarse de la mayoría de los elaboradores asentados en esta DO catalana, fundamentalmente conocida por sus cavas.
Esta semana se han reunido en Barcelona para dar a mostrar un proyecto que, aunque surgido en 2004, todavía no ha calado en el ámbito vinícola. Su presidente, Joan Huguet, señala que su objetivo es 'comunicar y explicar la diversidad que existe en el Penedés', asociada a una serie de bodegas 'que poseen viñedos en parcelas determinadas, que expresan las características de esta tierra'.
De momento, no se plantean acciones comerciales, sino que más bien se trata de una labor de divulgación. Para Javier Gramona, uno de los socios integrantes, 'las nueve bodegas compartimos una filosofía que pasa por el respeto al terruño y por una forma de trabajar. No queremos ser excluyentes sino dar ejemplo a otros productores de la zona'.
Quizás para entender el cómo y el porqué de esta asociación habría que retrotraerse en el tiempo. La del Penedés es, sin duda y junto al Priorato, la DO catalana más conocida en España. Una zona históricamente de tintos que a principios del siglo XX y con el nacimiento del cava, vio sustituir sus cepas tintas por variedades blancas. Los bodegueros de aquel momento se dan cuenta del potencial del espumoso y la mayoría se hacen cavistas, a excepción de Torres, que no hace cavas pero sí vinos tranquilos, y que a lo largo de estos años se ha convertido en la bodega más pujante de la zona. Antes que él Jean Leon, un hombre de curiosa biografía (un santanderino, Ceferino Carrión, que se fue a hacer las Américas y consiguió fama y fortuna en el Hollywood de los 60) había apostado por las variedades francesas al instalarse en esta región mediterránea en 1969, intuyendo también el concepto de los vinos de pago, hoy tan de moda -años más tarde, en 1995, la bodega fue adquirida por el grupo Torres-. Pero antes, aconteció el boom del vino español, a finales de los 80, revolución que transformaría el panorama vitivinícola nacional, un cambio al que no fue ajeno el Penedés. Se comienzan a recuperar variedades tintas, sobre todo la ull de llebre, la tempranillo de la zona, se plantan cepas foráneas y se implantan nuevas elaboraciones para las blancas tradicionales, hasta el momento destinadas a la elaboración de cavas, y con ellas nuevos blancos y tintos. Y hasta hoy, en que existen cerca de 200 bodegas con una considerable producción que no siempre responde a los mismos parámetros de calidad. En este panorama se encuentra un poco de todo, desde vinos fáciles, un tanto vulgares, hasta etiquetas cuya premisa es la calidad. Además de los cavas, con capital en San Sarduní de Noya, el corazón de los blancos y tintos está en Vilanova y la Geltrú, junto a la costa, una zona marcada por los parámetros que definen a los vinos mediterráneos (con ciertos condicionantes marcados por las influencias por de su orografía: la del mar, de las montañas de Montserrat o el macizo de Garraf). Este es el motivo que ha llevado a la creación de Qalidès. Curiosamente, no todos los vinos de las bodegas asociadas se inscriben en esta organización, al menos de momento. Ellos mismos establecen la criba, porque buscan un plus. En definitiva, se trata de alcanzar prestigio.
Bodegas que expresan un paisaje
Aunque no es un club cerrado, Qalidès está formado por nueve bodegas que según su presidente cumplen una serie de requisitos: poseer grandes añadas, ser propietarios de tierras y hacer vinos que expresen algo del paisaje del Penedés.Albert i Noya, Avgvstvs, Can Feixes, Can Ràfols dels Caus, Torres, Gramona, Jané Ventura, Jean Leon y Mas Comtal, son los socios de este reducido grupo, alguna de cuyas etiquetas se pudieron catar el pasado miércoles. Muchas de ellas ni siquiera se encuentran en el mercado, pero dan una idea de la singularidad de unas elaboraciones poco conocidas pero sorprendentes, como el Finca Els Camps Macabeu 2001, de Jané Ventura, el Avgvstvs chardonnay 1991 o el Dolç merlot de Mas Comtal.