Un récord de aniversario
El Ibex 35 batió ayer nuevamente su récord histórico y cerró en 13.558 puntos, tras ganar un 0,70%, con lo cual superó además el nivel de 13.500 puntos, una de esas cotas psicológicas que tanto gustan al mercado. Y lo hizo en un entorno de resultados y cifras de negocio empresariales al alza, carencia de riesgos graves a corto plazo y una economía nacional en la senda del crecimiento robusto, que va a empezar a recibir también el impulso de la recuperación del resto de principales economías europeas.
Pero esta serie encadenada de récords, que ha llevado al Ibex a ganar más el 26,3% en lo que va de año con cifras de negociación también de marca, tiene sobre todo su explicación en el ambiente enfebrecido de movimientos corporativos -sean reales, potenciales o simples especulaciones- que vive el mercado español, con las constructoras y las eléctricas como primeros actores y la financiación barata como un aliciente más.
El Ibex ha aumentado en lo que va de año su capitalización tanto como lo que vale Telefónica. ¿Hay más recorrido? Aunque los expertos esperan que las alzas se frenen y parece que se les agotan los argumentos alcistas, existe coincidencia en que estas subidas tienen una base sólida y se descartan bajadas bruscas. No hay duda de que para mantener este vertiginoso ritmo hacen falta operaciones corporativas, pero a corto plazo todo indica que éstas van a continuar. Otra cosa será cuando entre en vigor la nueva normativa sobre opas, prevista para la próxima primavera, que establecerá criterios más duros para estas operaciones.
En este contexto, el mejor deseable, se celebra esta semana el 175 aniversario de la Bolsa. Una larga historia en la que este año se perfila como un hito de los importantes. Hacerlo como el mercado más pujante de los grandes es, igualmente, un argumento para que sus responsables no pierdan comba en el agitado proceso de consolidación de las Bolsas en busca de tamaño.