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Iñaki Palomino

'Hay que anticiparse a la globalización'

No le apasionaba la tradicional función del óptico, tenía una vocación más comercial y hasta emprendedora. Siguió el ejemplo de su padre y creó su propia compañía en 1998. Fue un poco más visionario: localizó la producción en China.

Tras adquirir experiencia en los departamentos de marketing y ventas de varias compañías del sector óptico, Iñaki Palomino, bilbaíno, de 38 años, decidió andar por su cuenta. Tras realizar durante un año un estudio del mercado asiático en el sector de la fabricación de gafas, hace ocho años creó su propia compañía.

¿Cómo se pasa de ser óptico a dirigir una empresa?

De una manera muy fácil. Los que estudiamos óptica también tenemos una alternativa empresarial. Mi padre tenía una empresa de distribución de gafas y siempre he visto la gestión de empresas como una opción de desarrollo profesional. De todas formas, hay otro componente que decidió mi rumbo laboral, y es que a mí la parte profesional de mi carrera, la graduación de gafas, no me llenaba. Me llamaba más la vocación empresarial que la técnica. Así que me inicié mi andadura profesional como vendedor e introduje en España la marca Benetton en el sector. Pero en mi mente estaba la idea de montar mi propio negocio. Para ello me fui a China a ver los sistemas de producción y decidí comenzar esta aventura.

'Un equipo cómplice se consigue con motivación y creando un proyecto interesante'

'Aunque el correo electrónico ha simplificado las cosas, creo que una reunión debe celebrarse cara a cara y que acabe en una comida o en una cena'

¿Fue un visionario al trasladar la producción a China de las gafas que distribuye?

Creo que uno de los éxitos de la compañía puede ser el cambio de origen de fabricación. A un empresario español le es más fácil, por la comodidad de la distancia y del idioma, fabricar en Italia. Nosotros teníamos el conocimiento, pero elegimos fabricar en China y esa experiencia fue decisiva, ya que es mucho más barato fabricar allí, pero también es más complejo, debido a las características del trabajo, el transporte y los controles de calidad. Nosotros fuimos de los primeros distribuidores en ir a fabricar a China, y erróneamente se cree que el 90% de lo que se produce allí es de mala calidad, y no es cierto. La maquinaria que se emplea allí es la misma que en Estados Unidos y en Europa, lo único diferente es la mano de obra.

Algunos empresarios dicen que es complejo hacer negocios en Asia.

Difícil no es. Mi recomendación es que hagan un estudio de mercado previo y que se asesoren bien antes de emprender un negocio allí. El procedimiento es sencillo. Lo único que puede resultar complejo es la distancia que existe, que dificulta la celebración de reuniones, el idioma, los impuestos y tasas que hay que pagar. Para mí lo más difícil es el tema de las reuniones. Aunque el correo electrónico ha simplificado muchísimo las cosas y facilita el acercamiento, creo que una reunión debe ser cara a cara. No se debe perder el verdadero sentimiento, tiene que ser en vivo y en directo, y después que acabe en una comida o en una cena.

¿Es importante fraguar una relación personal previa?

No existe acercamiento personal si no existe el profesional. En ese sentido creo que es igual que en España o en Europa.

¿Por qué le da tanta importancia a anticiparse a la globalización?

Es importante ser los primeros porque todas las ventajas y frutos los recoges de antemano. Hay que anticiparse a la globalización. También tiene todos los inconvenientes porque tienes que abrir muchos caminos. Nosotros somos visionarios porque tenemos un alto conocimiento del sector. Todas las empresas se dirigen sobre todo hacia países de economía accesible, pero en el caso del sector óptico podemos producir en países con mano de obra más barata sin que se penalice la calidad.

¿Sobre qué pilares se sostiene la gestión de Visual Global?

Yo le doy mucha prioridad a la parte comercial. Mi punto de vista es ofrecer al cliente o despertarle la inquietud de nuevos productos. Sin embargo, sin una base sólida o logística, hoy día, una empresa no tiene posibilidades de sobrevivir. Esta compañía ha ido creciendo poco a poco y siempre hemos dado mucha importancia a la contratación de personas afines al proyecto. Se trata de un perfil joven y multicultural.

¿Cómo se consigue tener un equipo cómplice?

Motivándolo, creando un proyecto de empresa interesante, haciendo que todos se sientan valorados. Hay gente que empieza aquí y se marcha a otras empresas. En este sentido, servimos de trampolín para un posterior desarrollo profesional.

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