La nueva caja andaluza

Después de más de 30 años y al menos cuatro intentos frustrados, la fusión de las dos cajas de ahorros de Sevilla, El Monte y Caja San Fernando, va a ser un hecho. Los consejos de administración de las dos entidades dieron el viernes el visto bueno al proyecto de fusión, que deberá ser ratificado por las asambleas antes de final de año. El proyecto 'no tiene marcha atrás', según los responsables de las dos cajas. En este sentido, destaca el hecho inédito de que en ambos casos el voto fue positivo por unanimidad.

La nueva caja, cuyo nombre comercial está aún por decidir, nace con unos activos totales de 24.000 millones de euros, un tamaño muy cercano al de la líder de la comunidad, la malagueña Unicaja, con la que se equipara también en volumen de negocio. Más atrás en el ranking quedan Cajasur y Caja Granada, por encima de la más pequeña, Caja Jaén.

La nueva entidad nace con fuerte apoyo político, como refleja la unanimidad en el voto de los consejos. Pero también lleva el marchamo de ser una puerta abierta a nuevas fusiones, y tal vez sea simiente de una gran caja andaluza, un proyecto largamente acariciado por la Junta de Andalucía.

Por lo pronto, la nueva entidad, que planea crecer sobre todo en Barcelona, Madrid y el Arco Mediterráneo, tiene camino por recorrer en la mejora de su productividad y eficiencia, además de afrontar los trabajos de encaje que plantea cualquier fusión.

Es bueno que el sector financiero se consolide, pero con una condición sine qua non: que en el envite no se pierda ni un gramo de competencia -de hecho la nueva caja disputará con Unicaja el liderazgo regional y el octavo puesto a nivel nacional- ni de solidez.

Esta fusión contiene además un hecho casi insólito en este tipo de operaciones: se ha pactado que no tenga coste laboral. Sindicatos y entidades han suscrito un plausible acuerdo que, basado en un ambicioso plan de crecimiento, asegura el mantenimiento de la actual masa laboral, unos 5.000 empleados.