Acciona sube la tensión en Endesa
La guerra por el control de Endesa no ha terminado, pese a que parecía haber entrado en vías de solución. Tras el dictamen de la Comisión Nacional de la Energía que imponía severas condiciones a la alemana Eon, recurrido por la compañía germana y cuya última palabra tiene que poner sobre la mesa Industria; al filo del pronunciamiento de Bruselas sobre el citado informe; y a la espera de la resolución de un rosario de recursos en los tribunales españoles y comunitarios, un nuevo protagonista entra en escena: Acciona. En una operación financiada por el Banco Santander, se ha garantizado el control de un 10% del capital de Endesa, pagando 32 euros por acción. El movimiento, comunicado ayer a la CNMV al cierre del mercado, llevó el precio de los títulos de Endesa en el mercado abierto de Nueva York desde los 29 a los 32 euros.
¿Qué interpretación tiene el movimiento de la familia Entrecanales, que admite su deseo de llegar hasta un 25% del capital, justo el límite para evitar una opa? En los últimos meses, en los círculos financieros y políticos se ha especulado con la posibilidad de que si la compra de Eon triunfaba, debería pulirse con un barniz español, consistente básicamente en que una parte aceptable del capital de la empresa, desde luego minoritaria, fuese nacional. Pero tratar de alcanzar un 25% en una empresa como Endesa tiene una clara intencionalidad de influencia en la gestión, y de cambiar radicalmente el escenario a una operación energética como la iniciada por Eon, que lentamente se imponía a los acontecimientos, y de condicionar también el primer órdago sobre la eléctrica que lanzó Gas Natural.
En el caso, desde luego muy poco probable, de que se tratase del barniz nacional a la operación alemana, hubiese esperado al desbloqueo de los recursos en los tribunales, los Gobiernos y los organismos reguladores, para que el precio definitivo lo estableciese quien va a controlar la compañía. Sin embargo, Acciona ha pagado ya 32 euros, un precio que hoy mismo puede quedar viejo si el mercado interpreta que el movimiento exigirá más liquidez a los alemanes.
Pero el marchamo que lleva el órdago de Acciona, que cuesta más de 3.000 millones de euros y que puede alcanzar los 8.000 si logra comprar el 25%, es de cambio radical del escenario, además del calendario, puesto que la CNE debe dar su opinión sobre la entrada de la familia Entrecanales en un sector regulado. El problema que tendrá ahora Eon, no ya Gas Natural a la que el capital a desembolsar le queda fuera de toda órbita financiera, no será de precio, que también cuenta cuando se apuesta ya por una prima elevada.
La cuestión será de conveniencia, de seguir adelante en la batalla por una compañía en la que un accionista que tiene el 25% del capital no vende y condiciona la gestión. Condiciona, sin ir más lejos, el cambio estatutario de la compañía para modificar la estructura de los derechos de voto, algo exigido tanto en la opa de Eon como de Gas Natural. De ser así, la alternativa española con la musculatura financiera e industrial exigida para neutralizar a Eon, ya está aquí. En este escenario, debe hablar el mercado. De momento, los grandes triunfadores de la batalla por la primera eléctrica española están siendo sus accionistas.