La movilidad de los altos ejecutivos se dispara
La cifra de directivos que se retiran o cambian crece por la presión de accionistas y reguladores
Alan Mulalay, abandonó el puesto de consejero delegado de la división comercial de Boeing que ocupaba desde 1998 para ponerse esta misma semana al mando de Ford. El caso de Mulalay, quien fue presentado oficialmente el martes por el hasta entonces consejero delegado Bill Ford, se añade a la larga lista de cambios de empresa en los altos cargos durante este año. Sólo en el primer semestre, los altos ejecutivos de compañías estadounidenses cambiaron de trabajo más del doble de veces que en el mismo periodo de 2005.
Los expertos explican esta tendencia por la presión ejercida por los reguladores y los accionistas. Un total de 15.650 ejecutivos, desde máximos responsables a subdirectores generales, cambiaron de trabajo entre enero y finales de junio, frente a los 6.489 de los mismos meses de 2005, según un estudio de Liberum Research.
La presión derivada de la ley Sarbanes-Oxley de 2002 y las demandas de los accionistas de mejorar los resultados podrían estar llevando a algunos ejecutivos a retirarse antes de tiempo y forzando a otros a dimitir, según opina Elise Walton, directora de práctica de gobierno corporativo de la consultora Mercer Delta Consulting en Nueva York.
La ley Sarbanes-Oxley está destinada a proteger a los inversores del fraude en la contabilidad de las empresas. 'La atención pública ha aumentado', explica Walton. 'Las nuevas normas y el trabajo necesario para acatar dichas directrices, entre ellas la ley Sarbanes-Oxley, han aumentado mucho'.
De los cambios de ejecutivos, 1.461 eran máximos responsables, un 44% más que en la primera mitad de 2005, según Liberum.
El responsable de Comverse Technology, Kobi Alexander, dejó su cargo en mayo después de que el mayor fabricante de programas informáticos sobre buzones de voz descubriera irregularidades en la contabilidad de sus opciones sobre acciones. Comverse Technology había dicho anteriormente que reformularía los resultados desde 2001, después de que un comité de directores externos descubriera que las fechas de algunos paquetes de opciones podían haber sido incorrectas.
John Alm abandonó el cargo de responsable de Coca-Cola el 1 de enero tras la caída de los beneficios de la mayor embotelladora de refrescos del mundo en cinco de los últimos seis trimestres. La compañía designó en abril a John Brock, ex ejecutivo de InBev NV, para dirigir la empresa.
Steve Reinemund, primer ejecutivo de PepsiCo, anunció en agosto que se retiraría en octubre para pasar más tiempo con su familia. La acción de la compañía se revalorizó un 65% durante la gestión de Reinemund, quien había estudiado la posibilidad de retirarse desde finales del año pasado, según la portavoz del grupo.
Entre otros responsables notables que han cambiado de trabajo en la primera mitad del año figuran Henry Paulson, de Goldman Sachs Group, que anunció en mayo que se marcharía de la empresa para asumir el cargo de secretario del Tesoro de Estados Unidos; William Perez, de Nike, que dejó su puesto en enero por diferencias con el presidente Philip Knight.
Los máximos responsables no son los únicos bajo presión. Desde principios de año hasta junio, 1.256 directores financieros han dejado sus empresas, frente a los 881 en el mismo periodo del año pasado.
'Si los resultados financieros no son lo suficientemente buenos, probablemente estén bajo la misma presión que los máximos responsables', dice Leslie Gaines-Ross, de la firma de relaciones públicas Weber Shandwick, división de Interpublic Group, con sede en Nueva York.