El nuevo piloto de Ford debe tirar el equipaje extra
Henry Ford ofrecía coches del color que se quisiera siempre que fuera negro. Ahora su tataranieto avisa de que la última línea del constructor puede que sólo venga también en un color -el rojo- y él se ha movido al sitio del pasajero.
El sustituto que ha escogido, Alan Mulally, de Boeing, tiene experiencia en esto de dar un giro a corporaciones enfermizas. En los cinco años que Bill Ford se sentaba incómodo detrás del volante, Mulally pilotaba hábilmente el constructor aéreo comercial entre muchas turbulencias.
Lo ha hecho crucialmente, combinando recorte de costes e innovación del producto, exactamente la mezcla que va a necesitar (...).
Pero existen diferencias cruciales entre las dos empresas, lo que pondrá a prueba los dones de Mulally. Boeing sólo tiene un competidor y opera en un negocio con plazos largos, precios altos y volúmenes bajos. El negocio del automóvil, de cara al consumidor y dirigido por la moda, es un reto diferente (...).
Mulally adopta un discurso patriótico, lo que nos puede chirriar como un torpe cambio de marcha, pero la historia que se desarrolla en Motown es mayor. Es más que el cuento de un fabricante hundido; es el último capítulo de la lucha de EE UU por mantenerse en la carrera global.