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Petrolera

Bolivia se compromete a buscar una solución al conflicto con Repsol

El pulso entre el Gobierno boliviano y Repsol se mantiene. La petrolera insiste en su disposición a dialogar, pero asegura que no hay conversaciones en curso con el Ejecutivo de Evo Morales, al que acusa de inducir una persecución judicial 'injustificada'. Por su lado, el presidente de Bolivia ha reiterado su deseo de que la petrolera siga en el país.

Las cartas están sobre la mesa y el plazo dado para la entrada en vigor de la norma que nacionaliza los hidrocarburos en Bolivia va avanzando. El Gobierno de Evo Morales, que en mayo dio 180 días para concluir el proceso de adaptación de los contratos de explotación de recursos al nuevo decreto -hasta el 1 de noviembre-, asegura que quiere acelerar las negociaciones con las petroleras, entre las que se encuentran Repsol, Petrobras, Total y British Petroleum. Cuatro meses después de que el presidente anunciara la aprobación de la nueva norma, ninguna empresa ha logrado aún llegar a un acuerdo con el Ejecutivo.

A pesar del aparente deseo negociador mostrado por diversos responsables políticos bolivianos respecto al conflicto abierto con Repsol YPF, la petrolera señala que no se ha retomado las conversaciones con las autoridades del país. El pasado viernes, la fiscalía de Bolivia registró, por segunda vez en lo que va de año, las oficinas de la petrolera hispano argentina y detuvo a un directivo de Andina, filial del grupo, lo que provocó una enérgica reacción de la empresa que denunció la 'injustificada y reiterada' persecución judicial en Bolivia y amenazó con iniciar acciones legales en su defensa.

Ayer, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, explicó que el Ejecutivo de Morales ha dado al Gobierno español 'su compromiso político para buscar una solución a través del diálogo' a la crisis. Durante el fin de semana, señaló Moratinos, el Ejecutivo ha estado 'en contacto con el presidente, Evo Morales, con el ministro de Asuntos Exteriores y con otros ministros de Bolivia', y abogó por 'encontrar un marco de cooperación'. 'Creo que esa es la fórmula y la vía que vamos a utilizar', dijo. En todo caso, destacó el interés del Gobierno de salvaguardar los 'intereses' del grupo español, 'una empresa tan importante como es Repsol', aseguró.

La acción de Repsol no se vio afectada por la tensión en Bolivia y subió un 0,44% ayer

Por su parte, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se ha mantenido en contacto con el presidente boliviano, quien le ha trasladado su deseo de superar las disputas con Repsol YPF y que la empresa se quede en Bolivia, informaron a Efe fuentes del Ejecutivo.

Entretanto, el ministro boliviano de Hidrocarburos, Andrés Soliz, informó de que se ha formado un equipo negociador para dar un impulso a las conversaciones con las cerca de 20 petroleras que operan en Bolivia, un proceso en el que se definirá el calendario de las reuniones, recoge Europa Press.

A pesar de la tormenta, las acciones de Repsol YPF en la Bolsa de Madrid no se vieron afectadas ayer y los títulos de la petrolera subieron un 0,44%, en línea con el tono del mercado.

Más resonancia tuvo en el escenario político. El portavoz del PP en la Comisión de Exteriores del Congreso, Gustavo de Arístegui, pidió al Gobierno que adopte las medidas a su alcance para defender los intereses de Repsol en Bolivia y responsabilizó al Ejecutivo español de los problemas porque 'si Zapatero hubiera mostrado mayor firmeza frente a los desmanes del populismo desde el principio, primero con Chávez y ahora con Morales, no tendríamos estos problemas'. Miguel Arias Cañete consideró que 'la política exterior española viene cosechando un fracaso estrepitoso' en la defensa de las empresas españolas en el exterior

Mientras, el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, dijo que 'la estrategia de la confrontación judicial' no es la más adecuada para la petrolera y recomendó a Repsol que 'negocie con los representantes del pueblo'.

Presión de las comunidades guaraníes

Mientras los problemas entre Repsol y el Gobierno boliviano se acentúan, las comunidades guaraníes del país han incrementado su presión sobre algunas instalaciones de compañías multinacionales. Ayer amenazaron con la toma inmediata de los yacimientos de gas y petróleo del Chaco, al Este de Bolivia, con el objetivo de cortar la producción y las exportaciones a Brasil, ante el fracaso de las negociaciones entre la llamada Asamblea del Pueblo Guaraní (APG) y la empresa Transierra, controlada por Petrobras, Repsol YPF y Total, informa Reuters.Según la agencia, el grupo de indígenas asegura que Transierra no ha cumplido su compromiso de invertir nueve millones de dólares en la región. 'Estamos entrando a los campos productores y vamos a paralizar toda la actividad petrolera y suspender las exportaciones a Brasil', dijo a radio Fides el líder de la AGP, Wilson Changaray. 'No estamos pidiendo un aporte económico, sino una compensación por toda la riqueza que extraen de nuestras tierras y el daño que nos dejan', agregó.La semana pasada, un grupo de indígenas ya ocupó la estación Parapetí del gasoducto Yacuiba-Río Grande, propiedad de Transierra.

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