El auge de las subastas para mitómanos
Los objetos de los famosos levantan pasiones. En otoño salen a subasta piezas de Hepburn, Cher y 'Star Trek'
La imagen de una Audrey Hepburn glamourosa y ensoñadora ante el escaparate de Tiffany en la Quinta Avenida de Nueva York de Desayuno con diamantes es hoy, 45 años después del estreno de la película, un icono de elegancia y refinamiento. Estilo al que contribuyó el maestro de la alta costura Hubert de Givenchy, amigo de la actriz desde 1953, creador de muchos de los diseños que Hepburn lució en la pantalla. El más inolvidable, el vestido negro que el personaje de Holly Golightly lleva puesto a las puertas de Tiffany. Los incondicionales de la leyenda del cine pueden hacerse con él por un precio entre 50.000 y 70.000 libras (73.000 y 102.000 euros, aproximadamente). El modelo será subastado por Christie's en South Kensington (Londres) el próximo 5 de diciembre a beneficio de City of Joy Aid, una organización dedicada a ayudar a los más pobres de la India.
Toda estrella tiene sus admiradores, algunos fetichistas para los que poseer los objetos que pertenecieron a su ídolos no tiene precio. La venta de objetos de personajes famosos es un negocio en alza. El certificado de matrimonio de Elvis y Priscilla Presley, la guitarra con la que el ex Beatle Paul McCartney dio sus primeros pasos, la peluca del genio del arte pop Andy Warhol, el guión de El padrino con anotaciones manuscritas de Marlon Brando o la última agenda de Marilyn Monroe son un ejemplo de las modernas reliquias ansiadas por los coleccionistas de medio mundo. Trozos de vida de los personajes adorados.
Maite Mínguez Ricart ha reunido en 15 años alrededor de 1.800 objetos relacionados con el séptimo arte, pero es su colección dedicada a Marilyn Monroe la que llama la atención, 210 piezas, probablemente la más completa a nivel internacional. La pasión por este tipo de coleccionismo es 'deformación profesional', reconoce -vive el cine día a día desde la distribuidora y productora Manga Films que preside su marido, Lluís de Val-. Todo comenzó con una lámpara de la película Casablanca y un vestido que la rubia actriz lucía en Cómo casarse con un millonario, ambos objetos adquiridos en Christie's. Pero el personaje empezó a interesarle a raíz de un talón firmado por Marilyn Monroe Productions que encontró en una tienda de Los Ángeles. 'En aquella época, Marilyn pertenecía a la Fox, el hecho de que se marchase para formar su productora me llamó la atención', recuerda la coleccionista.
En 1999, Christie's subastó objetos de Marilyn por valor de 13 millones de dólares
El deseo de completar la vida de la actriz le ha llevado a adquirir todo tipo de objetos relacionados con su existencia. Entre los últimos incorporados a la colección, una chaqueta de la protagonista de Con faldas y a lo loco, aunque no está relacionada con ninguna película, comprada el pasado 1 de agosto, y la última agenda de la artista, la que buscaba la policía y que los familiares han mantenido oculta, adquirida a finales de junio en Christie's por casi 25.000 euros. Maite Mínguez ya tenía dos agendas de la actriz, ésta, más pequeña, la llevaba siempre y se sabe que es la última porque aparece su última dirección.
Marilyn Monroe, de cuya desaparición se cumplen ahora 44 años, es un mito inagotable. Los recuerdos de la actriz consiguieron las pujas más elevadas de la subasta de objetos de famosos del pasado junio en Christie's -junto a la agenda, se vendió un traje negro que lució en The misfits (1961) por 66.000 dólares (52.455 euros, frente a los 10.800 dólares (8.583 euros) pagados por la peluca de Warhol-. Para el recuerdo, queda la venta de la colección de objetos personales de Marilyn de 1999, en la que la misma casa de subastas recaudó 13 millones de dólares.
El próximo otoño ofrece nuevas oportunidades para los coleccionistas de objetos de famosos. Sothebys y Julien's Auction subastarán los días 3 y 4 de octubre en Los Ángeles más de 700 artículos de Cher, entre pinturas, muebles, objetos de decoración, joyas y vestidos. La casa de subastas espera que los beneficios superen el millón de dólares, parte de los cuáles de irán destinados a la organización de caridad de la artista. Para sus fans no pasará desapercibido el diseño de Bob Mackie que llevó en la ceremonia de los Oscar de 1998 (entre 4.000 y 6.000 dólares).
La misma semana en Nueva York (5, 6 y 7 de octubre), Christie's y los estudios de CBS Paramaunt se proponen dar una alegría a los trekkies -seguidores de Star Trek-, con la subasta de más de 1.000 objetos de la serie, con precios que van desde los 400 a los 20.000 euros.
Conocer a Marilyn por sus pertenencias
Puede que poseer objetos que tocaron alguna vez los famosos tenga algo de experiencia mística, pero a Maite Mínguez le mueve sólo el deseo de descubrir el personaje. 'No soy fetichista, no me pongo nada', aclara. Como buena coleccionista, se deja asesorar por los expertos. Compra, fundamentalmente, en las grandes casas de subastas, en firmas especializadas, como Profiles in History, en Los Ángeles, pero también directamente a particulares. 'En una ocasión, una señora me ofreció un baúl lleno de piezas de Marilyn y ni una sola era buena', comenta. Por eso, antes de comprar consulta a Víctor Fernández, autor de Marilyn íntima. El legado de la actriz en la Colección Maite Mínguez Ricart (RBA), y a Eduardo Caballero, también coleccionista. Después de la adquisición viene todo un trabajo de investigación para documentar las piezas. De Marilyn interesa todo lo que ayude a saber más de un personaje que Maite Mínguez define como 'inteligente', frente a la imagen de chica tonta que proyectaba sus películas. 'Leía mucho y obras de todo tipo', dice la coleccionista que ha tenido acceso a libros subrayados por la actriz. 'Lo que pasa es que siempre luchó para que no se le encasillara como chica ligera'. El objetivo de Mínguez es que su colección llegue al público a través de exposiciones y en el futuro de un museo. La colección se puede visitar hasta al 3 de septiembre en el Palau Robert (Passeig de Gràcia, 107. Barcelona) y a su propietaria le encantaría que después viajara a Madrid. El museo es, por ahora, un sueño.