El revés de Israel
Israel no tiene por costumbre perder sus guerras. Es una cuestión de supervivencia para un país desprovisto de profundidad geográfica. Desde la primera guerra árabe-israelí el Estado judío se ha construido una reputación de vencedor (...). La guerra que Israel mantiene contra el Partido de Dios libanés viene a debilitar el mito (...). Si es normal responder a un ataque lanzado por Hezbolá (...) es perfectamente inadmisible aplastar a decenas de niños bajo las bombas. Incluso y sobre todo si se sabe (...) que los milicianos de Hezbolá no dudan en utilizar a mujeres y niños como escudos humanos (...).
En la guerra con Hezbolá Israel acumula por el momento sólo reveses. Ha apreciado mal la capacidad de la milicia chií (...). Al no alcanzar sus objetivos de guerra, ha revelado una debilidad que sus enemigos no dejarán de tomar por vulnerabilidad.
No hay ningún motivo de alegría en el debilitamiento y el aislamiento de Israel en beneficio de Irán. Las divisiones europeas y las rivalidades franco-estadounidenses no deben complicar la búsqueda de una solución. La secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, ha comenzado a implicarse. Los dirigentes libaneses han sido mal aconsejados al rechazar recibirla, pues sólo EE UU es capaz de imponer sus opiniones en Oriente Próximo.