El 'outsourcing' no es el problema
Cómo podemos cambiar las cosas en los Estados Unidos para que no tengamos que enviar empresas y empleados a la India y a otros países? -Orlando, Florida.
No podemos y no debemos. Mire, el debate sobre el outsourcing -envío de recursos materiales y humanos a otros países- ya tendría que haber terminado. Ahora la única pregunta no es '¿cómo paramos el outsourcing?', sino '¿cómo usamos el outsourcing para mejorar la competitividad en lo que es, y será para siempre, un mercado global?'
Por supuesto, el outsourcing no ha sido benigno; los despidos duelen. Pero deben contextualizarse de una perspectiva más amplia, una en la cual el outsourcing no es solamente parte integral de la economía mundial, sino que beneficia a la nuestra.
Es integral porque las economías siempre responden a las demandas del consumidor. La gente se ha acostumbrado a esperar los precios más bajos y la calidad más alta en un producto. Y las compañías solamente pueden lograrlo desplazándose alrededor del mundo para obtener ventajas en los costos y conseguir mentes innovadoras.
En relación al impacto de todo esto en los Estados Unidos, bueno, es muy difícil ver el lado negativo. Desde mediados del 2003, la economía de los Estados Unidos ha crecido alrededor de un 20 por ciento, más de 1,7 billones de dólares, equivalente al tamaño total de la economía de China.
Se han creado siete millones de empleos. El crecimiento de los salarios ha pasado del 1,5 por ciento a comienzos de 1994 a más del 4 por ciento en el último año.
Estas estadísticas significan, puede estar seguro de ello, que los enemigos del outsourcing, muchos de los cuales desaparecieron antes incluso de las elecciones del 2004, estarán fuera de la campaña en 2006. Esos enemigos habían pronosticado que los empleos de las tecnológicas norteamericanas migrarían en manada. De hecho, los empleos en tecnología han aumentado un 17 por ciento respecto al nivel de 1999.
No hay que asombrarse de que ahora la mayoría de los políticos elogien los beneficios de un sistema global integrado. Si hay un problema en la economía de Estados Unidos no es la pérdida de empleos a raíz del outsourcing. Es llenar los puestos de obreros cualificados a pesar de las restricciones inmigratorias.
Por cierto, si usted realmente quiere encontrar un método para hacer que la economía de Estados Unidos sea más competitiva, ése sería aumentar los límites de las visas H-1B, permitiendo a más extranjeros capacitados permanecer en los Estados Unidos. Lo ideal sería que todo el programa fuera reemplazado por un sistema de residencia permanente, lo cual arrastraría a los trabajadores capacitados a una relación más positiva y a largo plazo con la cultura estadounidense y finalmente crearía un futuro mejor para todos nosotros.
Así que olvídese del outsourcing. Hoy en día el desafío para el trabajo en Estados Unidos es importar talento.