Operación Chamartín, ¿habrá para todos?
æscaron;ltimos viajeros llegados de la Casa de la Villa aseguran que hoy el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón lucirá sus habilidades para fijar la postura del Ayuntamiento en torno al proyecto de Chamartín. Un proyecto que en su última versión ha presentado la ministra de Fomento el pasado día 13 de los corrientes. Se trata en definitiva de volver sobre aquella operación, la mayor que vieron los siglos pasados ni esperan ver los venideros, como dijo don Miguel de Cervantes de ese peculiar encuentro de civilizaciones acaecido poco antes en Lepanto de donde le vino su manquedad. Es una revisión completa del acuerdo entre las Administraciones municipal, autonómica y central que se convino en 2003 cuando Francisco Álvarez Cascos señoreaba el Ministerio de Fomento y colocaba todas las semanas traviesas inaugurales del AVE a todos los destinos imaginables.
El alcalde se pregunta cuál es la naturaleza del problema y descarta que sea política. Sostiene que su pretensión se reduce a que las tres Administraciones citadas decidan conjuntamente y que lo hagan de la manera más transparente y más beneficiosa a los intereses de los madrileños en torno al destino de los 8.500 millones de euros de ingresos que, según sus cálculos, arrojará la Operación Chamartín. O sea, qué parte se destinará al Ayuntamiento y a la Comunidad de Madrid para que financien las infraestructuras de movilidad en la zona norte y en el conjunto de la ciudad que se verán afectadas por el proyecto.
Aceptemos la racionalidad de partida, pero como señala un buen observador del urbanismo escandaloso de nuestros días, llama ahora la atención la agudeza del alcalde en el caso que venimos analizando, sobre todo cuando ahí están las torres de Florentino, autorizadas sobre la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, que crearán gravísimos problemas en esa misma área a resolver por cuenta de las arcas municipales. Aquellos acuerdos para provecho de los merengues, dilapidado enseguida en fichajes sin tasa y sin efecto retorno en forma de trofeos deportivos, nunca fueron explicados fuera del palco, al público de a pie.
Aquellos acuerdos para provecho de los merengues, dilapidado en fichajes sin tasa, nunca fueron explicados fuera del palco, al público de a pie
Alberto Ruiz-Gallardón inquiere qué ha cambiado respecto del acuerdo entre las Administraciones suscrito en 2003. Subraya que la versión anterior de lo convenido entre Fomento y la concesionaria Duch (Desarrollos Urbanísticos de Chamartín, SA) estaba mejor sometido al escrutinio público y atendía mejor al interés general. Esa apreciación la basa en que antes la existencia de un canon fijo y otro variable permitía a Fomento estar presente a lo largo de todo el proceso de principio a fin, mientras que ahora se limita a recibir de entrada 1.200 millones de euros y se desentiende. Pero la ministra Magdalena Álvarez explicó el 13 de julio que bajo los nuevos parámetros se posibilita el desarrollo urbanístico en cinco años en lugar de los 20 previstos, se multiplican por cinco las inversiones y se destina suelo para la construcción de 2.000 viviendas protegidas.
Luego viene el llanto por la leche derramada y el lamento por la cosecha de ingratitudes, que presenta dolido nuestro primer edil. Así, cuando aduce que el Ayuntamiento revisó, en tiempos de José María Álvarez del Manzano, la edificabilidad al alza de modo que el coeficiente inicial de 0,6 pasó casi a duplicarse hasta el 1,05 con la finalidad de favorecer la financiación de las infraestructuras municipales y autonómicas necesarias. Claro que los efectos colaterales inducidos iban a suponer un incremento del 75% de los beneficios de los adjudicatarios privados del suelo que siguen ignorando las reclamaciones de los reversionistas presentadas en los juzgados.
Sólo se hizo pieza separada con el caso del padre Villamandos, superior de la provincia canónica de Toledo de la Compañía de Jesús, para quien se asignó a título de compensación por los terrenos afectados un importe de más de 10.000 millones de pesetas de las de entonces. Así que verdes las han segado. Continuará.