Mittal logra el 92% de aceptación de la OPA sobre Arcelor
El grupo anglo-indio Mittal Steel ha logrado un porcentaje de aceptación del 92% de las acciones en su Oferta Pública de Adquisición por Arcelor, cuyo éxito estaba condicionado al control de más del 50%, según ha anunciado hoy la compañía.
De esta forma, Mittal pone fin a la pugna por la compra de Arcelor, iniciada el 27 de enero, mediante una operación que le permitirá crear un gran grupo internacional del acero que ontrole cerca del 10% de la producción mundial. En concreto, la compañía ha conseguido 594,5 millones de acciones de Arcelor y 19,9 millones de bonos convertibles. Los accionistas recibirán en el canje 665,6 millones de acciones de Mittal y 7.770 millones de euros en efectivo.
"Estamos entusiasmados con el futuro que nos espera como compañía y pensamos que este fuerte apoyo de los accionistas despeja el proceso de integración, lo que nos permitirá obtener íntegros los beneficios de trabajar juntos y convertirnos en un líder mundial indiscutible", ha señalado el presidente de Mittal, Lakshmi Mittal.
Segunda oportunidad
Tras el cierre del periodo de aceptación de la OPA, comienza así un nuevo periodo para hacerse con la participación restante, que se prolongará hasta el 17 de agosto y en el que, al igual que en la última oferta, se valora cada acción a 40,40 euros. Más tarde, en virtud de la legislación luxemburguesa, los accionistas minoritarios contarán, entre el 18 de agosto y el 17 de noviembre, con una nueva oportunidad para adscribirse a la oferta.
El mes pasado, el consejo de administración de Arcelor aceptó el plan de negocio revisado entregado por Mittal y una nueva oferta que valoraba el grupo en 25.400 millones, tras lo que recomendó la OPA a sus accionistas. Mittal calcula que, al precio de sus acciones al cierre de la sesión del lunes, su capitalización de mercado alcanza los 35.100 millones de euros y que su free float equivale al 54,8% de esta cantidad, es decir, 19.280 millones.
En concreto, la compañía se ha asegurado con esta operación, presentada de forma simultánea en Bélgica, Francia, Luxemburgo y España, el 91,88% del capital de Arcelor y el 91,97% de sus derechos de voto. De los 594,5 millones de acciones conseguidas, más de la mitad, 312 millones, fueron vendidas a cambio de efectivo, mientras que 219 millones se acogieron a la modalidad mixta y 63 millones optaron por el canje por títulos.
Según el calendario ofrecido por Mittal, la centralización de títulos se producirá el 23 de agosto, seis días antes de la publicación de los resultados finales. El 4 de septiembre, se colocarán en bolsa las nuevas acciones de Mittal en los mercados de Luxemburgo, Francia, Bélgica y España.
Un largo proceso
El proceso de compra de Arcelor obligó a Mittal a elevar en tres ocasiones su oferta y a hacer frente a varios intentos del grupo europeo para evitar la operación. Mittal inició la puja en enero con una oferta por 18.600 millones de euros, que fue considerada hostil por Arcelor no sólo por el precio, sino por el propio modelo corporativo de la anglo-india, controlada por la familia Mittal.
Para defenderse de la OPA, Arcelor adoptó una primera batería de medidas, entre las que figuraba el reparto entre sus accionistas de 5.000 millones de euros -más tarde 6.500 millones de euros-, un aumento en el dividendo hasta 1,85 euros y el blindaje de la canadiense Dofasco para evitar que Mittal pudiera venderla a posteriori en caso de que tuviera éxito su oferta.
Más tarde, la mejora de la oferta de Mittal hasta 28.500 euros y el aumento de la presión entre los accionistas de Arcelor llevaron al grupo europeo a buscar una alianza internacional. Para ello, eligió a la rusa Severstal, controlada por el magnate Alexey Mordashov, con la que establecería una fusión que originara un líder mundial del acero. Para emprender la fusión con Severstal, Arcelor lanzó un plan de recompra de acciones propias (Oferta Pública de Recompra de Acciones propias, OPRA), en la que valoraba cada una de sus acciones a 44 euros, con lo que esperaba contentar a sus accionistas, puesto que este precio era superior al entonces ofrecido por Mittal.
Sin embargo, la presión no cesó en el seno de Arcelor y el consejo de administración se vio obligado a suspender la junta de accionistas en la que debía aprobar la OPRA. Esta decisión fue adoptada a pesar de que el magnate Mordashov había mejorado los términos de la fusión y se había comprometido a reducir su participación futura dentro del grupo resultante. Además de suspender la OPRA, Arcelor se comprometió a mantener negociaciones con Mittal acerca del plan de negocio incluido en la OPA. El grupo anglo-indio cedió en las exigencias sobre gobierno corporativo y estrategia industrial, de modo que no tuvo más que elevar el precio final de su oferta para que ésta, finalmente, fuera aceptada.