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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Un ciclo largo con el riesgo de los tipos

La decimoprimera oleada del Barómetro Empresarial elaborado por Metroscopia para Cinco Días confirma que los empresarios españoles mantienen el optimismo sobre la marcha de la economía y divisan un medio plazo con un ritmo al alza consistente en la inversión, los resultados económicos y la generación de empleo. Las expectativas de los gestores de las empresas consultados son coherentes con las cifras que las autoridades económicas ofrecen de forma regular, y que confirman un crecimiento no inferior al 3,5%, que se mantiene ya durante una docena larga de años. La fortaleza de la demanda interna sigue siendo, a juzgar por las apreciaciones de los empresarios, el motor de la actividad.

Llama la atención el lento movimiento hacia la dualización que se está produciendo en la economía española. Toman renovada fortaleza las actividades ligadas a la construcción, que alcanza máximos jamás registrados en la serie de la encuesta en algunas variables pese a los niveles de precios alcanzados, y de los servicios. Por contra, la actividad comercial estanca sus expectativas y su estado de ánimo, mientras que la industria registra un lento deterioro de sus horizontes. Su mayor grado de apertura internacional y, por tanto, mayor exposición a la competencia de las manufacturas emergentes, la coloca en una situación más incómoda y recoge el reflejo de la pérdida de competitividad de la economía española en los mercados interno y externo.

Ni siquiera los avances recientes de los costes más abultados, como el energético o el financiero, parecen hacer mella en la marcha de los negocios. Muy pocos empresarios reconocen haber detectado algún efecto contractivo con las subidas de tipos de interés desde el 2% al 2,75% en los siete últimos meses. Pero están en parte preocupados por las decisiones que pueda tomar el Banco Central Europeo (BCE) en los próximos meses. De hecho, un 20% de ellos estiman que el umbral del dolor para la economía española está en los tipos al 3%. Un 39% estima que el daño para la economía comenzará cuando el precio del dinero llegue al 4%, y sólo otro 30% estima que no habrá riesgos para la actividad hasta llegar a unos tipos nominales del 5%.

No está, por tanto, lejos el momento en que el coste financiero haga mella en la demanda, aunque no sean precisamente los empresarios de la construcción los más alarmados por la tendencia alcista de los tipos de interés. Y será precisamente entonces cuando los actores de la actividad económica precisen de mecanismos para neutralizar los efectos perversos de un dinero más caro. En concreto, los propios gestores consideran que las reformas que se han introducido en la legislación laboral no tendrán un efecto llamativo en las plantillas. Y en pasadas oleadas consideraban tímida también la reforma de la fiscalidad empresarial.

No es sencillo mantener el ritmo de la economía española muchos años más si el panorama de costes empeora. Por ello, tanto la Administración como los propios empresarios deberían contar con una especie de plan b que contrarreste la pérdida de pulso de unos costes más elevados. Unos y otros deberían buscar soluciones sectoriales para aquellas actividades que ya ahora divisan un horizonte menos optimista.

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