¿Hacia una crisis petrolera?
Tanto en el terreno internacional como en el económico, los países del G-8, reunidos en San Petersburgo, acaban de demostrar su impotencia. Esta cumbre consagrada (...) a la seguridad energética (...) no ha desembocado en nada (...). Cruel ironía, (...) ha coincidido con otra cumbre, la del precio del crudo, que va derecho a los 80 dólares (...).
Por supuesto, el crecimiento mundial sigue 'vigoroso', como lo recuerda el G-8 en su comunicado final. Debería alcanzar este año el 4,5%. Pero (...) la verdad es que están todos preocupados. Prueba de ello es la febril reacción de las Bolsas, que se toman más en serio los misiles de Hezbolá que las palabras de los grandes líderes (...).
Se teme que la situación en Oriente Próximo empeore y desestabilice la economía mundial. De momento, no es el caso (...). En tres años, el precio del barril se ha triplicado, pasando de una media de 25 a 75 dólares. La crisis libanesa, que añade unos dólares a la factura, no cambia radicalmente las cosas (...).
Pero las consecuencias de la subida del crudo son cada vez más importantes (...). A medida que suben las tensiones en Oriente Próximo, el mundo teme esos dólares de más en el precio del crudo. Ese choque de más que, junto a los anteriores, haría vacilar la economía mundial.