La economía libanesa, lastrada por las bombas
Seis días después de que comenzara la ofensiva Israelí en Líbano, las consecuencias se han hecho notar. Más de 200 civiles han muerto ya desde que se inició el conflicto, y muchos pueblos y ciudades libanesas sufren numerosos ataques aéreos que atemorizan a la población. Sin embargo, más allá de las pérdidas humanas, los efectos del enfrentamiento están empezando a hacerse evidentes en la ya frágil economía del país.
El aparato económico del país y la mayor parte de sus infraestructuras han quedado paralizadas, incluyendo la Bolsa de Beirut. Su principal índice, el Blom, se desplomó un 13% el viernes pasado, antes de suspender su actividad, desplomándose hasta marcar su más baja cotización en lo que va del año. El conflicto ya le ha supuesto al país pérdidas de unos 500 millones de dólares en infraestructuras, según el Ejecutivo libanés. Por otra parte, la agencia internacional de medición de riesgos Fitch ha rebajado la perspectiva del país de "positiva" a "estable" indicando que una de las principales industrias afectadas será la del turismo.
El temor se ha extendido entre los ciudadanos, que todavía recuerdan la dureza de la guerra civil que tuvieron que vivir entre 1975 y 1990, lo que ha provocado que las entidades bancarias se hayan visto obligadas a limitar las retiradas de efectivos de sus arcas. El Banco Central Libanés, por su parte, está manteniendo con sus reservas la estabilidad de la moneda.
Un duro golpe para un país en vías de recuperación
Después de que el país consiguiera superar los devastadores efectos de aquel período, la economía libanesa había logrado recuperarse en los últimos años y para el actual se esperaba un crecimiento de entre el 4 y el 5%. Además, muchos de los ataques aéreos israelíes tienen como objetivo la destrucción de infraestructuras esenciales para la buena marcha del país y de su economía en particular-como las estaciones o aeropuertos-. Más allá de las muertes, la operación israelí ha devastado varias industrias libanesas.
Poco antes de los primeros bombardeos, Líbano buscaba reducir su deuda externa gracias a estas perspectivas y la creciente atracción de la inversión extranjera. Todos coinciden que en esta recuperación jugó un papel clave el multimillonario ex primer ministro asesinado, Rafik Hariri, que impulsó inversiones y la reconstrucción de infraestructura en algunos casos a costas de su fortuna personal.
En noviembre pasado, incluso Fitch había elevado la calificación del país tras la elección del nuevo Gobierno, que, según la agencia, "incrementaba las posibilidades de reformas económicas y estructurales exhaustivas". Sin embargo, tras el comienzo del conflicto, los economistas han cambiado su perspectiva, de manera radical. Las previsiones apuntan a que, de continuar los bombardeos, la economía libanesa corre el riesgo de contraerse. La situación podría ser aún pero si la crisis se extiende e involucra otros Estados del Medio Oriente.
Puentes y carreteras destruidos
Israel ha bombardeado el aeropuerto de la capital libanesa, puentes, puertos y carreteras vitales en varias zonas del país. El puerto de Beirut también ha sido bloqueado, lo que significa que importaciones y exportaciones deben encontrar rutas más caras, probablemente a través de Siria. Algunas fábricas, estaciones eléctricas o estaciones de servicio también han sido destruidas por las bombas de los aviones israelíes.
El sector turístico supone aproximadamente el 15% del PIB del país, y solía atraer especialmente a visitantes de los ricos países petroleros del Golfo. Tras los bombardeos, en plena temporada alta, los turistas están abandonando el país tan pronto como pueden, la mayoría de las tiendas y oficinas permanecen cerradas y las normalmente concurridas áreas de cafés y restaurantes están desiertas. Los hoteles, prácticamente vacíos.