'El directivo tiene que saber trabajar bajo presión'
Es piloto y desde comienzos de 2005 dirige esta compañía estatal. Asegura que su experiencia y conocimiento del sector es un valor añadido para la gestión de la compañía, en fase de privatización
Ha contribuido, según explica en esta entrevista, a reflotar varias compañías húngaras, algunas de ellas al borde del precipicio. Janos Gönci asegura que desde que gestiona la línea aérea apenas le queda tiempo para pilotar aviones, su gran pasión. Es miembro de la Junta de Directores del Aeropuerto de Budapest, licenciado en Ingeniería y máster por la Universidad Tecnológica de Budapest, de la que es lector.
¿Qué puede aportar un piloto a una compañía como Malev?
El hecho de ser piloto me permite a mí no sólo la posibilidad de comprender el trabajo de este colectivo, sino también de todas las operaciones relacionadas con el transporte aéreo. Siempre he tenido muy buena relación con todo el personal de Malev. Nos tenemos un gran respeto.
'Soy de los ejecutivos que prefiere hablar, razonar y comprender las cosas a elevar mi voz. La atmósfera laboral debe ser tranquila'
¿Qué habilidades ha aprendido a lo largo de los años y cuales pueden ser de utilidad a la empresa?
Anteriormente a Malev, en la última década y media, yo me he dedicado a dirigir compañías de diferentes tamaños y perfiles. Sin embargo, todas tenían algo en común. Antes de unirme a ellas, ninguna había tenido buenos resultados económicos, hecho que cambió sustancialmente cuando me hice cargo de ellas. Después de un tiempo se convirtieron en compañías fuertes y robustas. De hecho, dirigía una compañía que estaba en las últimas y que con nuestro trabajo hicimos de ella una organización de éxito. Hoy día, la fuerte competencia a la que nos vemos sometidas las empresas, requiere de un tremendo esfuerzo de trabajo y de resistencia. Tanto en el sector público como privado, un directivo debe saber actuar con rapidez e inmediatez y seguir las principales tendencias que marca el mercado. Hay que tener siempre un ojo puesto en el rival, pero realizando siempre operaciones seguras.
Tiene apariencia de ser un hombre paciente y tranquilo. ¿Para dirigir una compañía aérea, con una competencia tan fuerte, es necesario tener ese carácter?
Lo uno no excluye a lo otro. Realmente, en esta industria uno no puede ser paciente y tranquilo. No hay nada más que pensar el estrés que volar o viajar genera en mucha gente. Por otro lado, yo soy de los ejecutivos que prefiere hablar, razonar y comprender las cosas a elevar mi voz. Una atmósfera laboral tranquila y amigable puede hacer que la vida y el trabajo sean más agradables, menos estresante y también más eficiente.
En caso de privatización, ¿cree que seguirá al frente y si no es así, se está preparado para ello?
Es difícil responder a esta pregunta. Si dependiera de mí, yo me jubilaría en esta empresa por varias razones. En primer lugar, porque me encanta volar y porque tengo unos grandes compañeros en Malev. Pero además porque se trata de una gran empresa, que se está desarrollando de una manera muy dinámica y con muy buenos resultados. Al mismo tiempo, es una cuestión lógica que el equipo gestor de una compañía pueda ser cambiado, bien por privatización o bien después de unas elecciones parlamentarias. Pero no está entre mis pensamientos abandonar la compañía en el corto plazo. Yo o más bien el equipo gestor, somos los encargados de las labores operativas de la empresa y de hacerlo de una forma tan efectiva como sea posible para hacer que Malev esté lista para tener una privatización exitosa. Al mismo tiempo, como consejero delegado, considero que la continuidad es un gran valor para mantener unas buenas relaciones personales. Y mucho más en un sector donde la confianza es algo fundamental.
¿Cree que el puesto de un alto ejecutivo está, hoy día, sometido a demasiadas presiones?
Es cierto, estoy de acuerdo con que existe demasiada presión, pero también es cierto de que cada uno debe encontrar su medida. Hay periodos quizás, cuando la vida es más agitada pero también exitosa, en los que todo esto contribuye a ofrecer una especial motivación que te permite seguir avanzando. Los cambios siempre están ahí, y como piloto y como hombre de negocios a mí me gusta afrontarlos en vez de evitarlos. Creo que todo alto directivo tiene que aprender a trabajar bajo presión.
¿Un directivo tiene que estar preparado para abandonar la compañía en cualquier momento?
No me gustaría decir que en cualquier momento, pero siempre es cuando el propietario decide. Nadie puede trabajar con su mesa limpia y el jarrón de las flores en una caja preparado para ser recogido. Quiero que Malev entre de pleno derecho en la alianza OneWorld, y esperamos que esto se formalice a comienzos del próximo año, de manera una aerolínea nacional húngara se convierta en una empresa rentable y decisiva en Europa.
'Despedir empleados no es difícil si lo sabes hacer bien'
Uno de sus grandes logros en Malev ha sido firmar el acuerdo de volar en código compartido con Iberia y más recientemente con Bristish Airways. Esto es el inicio de uno de los grandes objetivos de Janos Gönci para la compañía área: entrar en 2007 como miembro de la alianza OneWorld. Otro de los grandes retos que tiene la línea aérea es conseguir la entrada de capital privado. Según Gönci, lo que se busca es 'un buen propietario, profesional, que gestione bien la compañía, y que no amenace los derechos que ya tiene'.Cree que una buena gestión de la compañía no pasa por incrementar los precios, sino por reducir los gastos. También es motivo de orgullo que la compañía se encuentre entre las más puntuales de Europa. Sin embargo, uno de sus cometidos nada más llegar a la línea aérea fue reducir el número de empleados. Tuvo que eliminar 400 puestos de trabajo y quedarse en 1.600 empleados, a los que hay que añadir las 1.500 personas que trabajan en empresas subsidiarias. 'Eso ha significado una reducción considerable de los costes y conseguir tener unos beneficios'. Y añade que 'aunque tuve que despedir empleados, nada es difícil en una empresa si lo sabes hacer bien'. En este sentido, agrega que todos los empleados de Malev saben del cariño que le tiene a la empresa. La primera vez que voló con la compañía lo hizo con cuatro años y acompañado de su hermano, también piloto. 'Lo importante es ser transparente y saber involucrar a la gente en este tipo de procesos'.