Estrella fiscal a los hoteles
Los hoteleros no quieren que termine la luna de miel que su negocio inició hace más de diez años. Cuando Europa dejó la crisis industrial 1991-1993, el sector turístico español tenía la oferta más segura del Continente, con calidad y precios muy atractivos. Por ello acaparó la avalancha masiva de visitantes del exterior y la pujanza de los del interior. Presionados por una demanda vigorosa, y creyendo que la gallina no dejaría de poner nunca huevos de oro, los industriales del sector forzaron precios y márgenes hasta límites exagerados, con generosos reflejos en el IPC.
La aparición de nuevos destinos en Europa con la misma calidad y mejor precio, o la movilidad que proporcionaban las líneas de bajo coste, ha hecho saltar las alarmas en España y parte de los beneficios. Los hoteleros quieren restituir ahora, por la vía fiscal, el margen perdido. Y Hacienda ha accedido a aliviar las amortizaciones del inmovilizado.