Ballesteros reaparece en París y se prepara para el British Open
Severiano Ballesteros, el más emblemático de nuestros golfistas, el primer deportista de nuestro país que ocupó las primeras páginas de los periódicos más influyentes de Estados Unidos o Japón cuando apenas sabían situarnos en el mapa, retomó la actividad internacional el pasado jueves con motivo de la celebración de los cien años del Abierto de Francia, puntuable para el circuito profesional europeo.
El jugador cántabro, de 49 años de edad, reapareció en París con el objetivo de preparar el próximo British Open, el primero en cinco años, que se disputará del 20 al 23 de julio en el recorrido del Royal Liverpool de Hoylake (Inglaterra), donde el tercer Grand Slam de la temporada no volvía desde 1967. Ganador del British en tres ocasiones, a las que hay que sumar sus dos chaquetas verdes en el Masters de Augusta, Severiano Ballesteros apuntó su ilusión por regresar al torneo más antiguo del mundo acompañado de su hijo Javier, de 16 años, que le llevará la bolsa de palos.
Severiano, que intervino en el último Abierto de Madrid, celebrado el pasado mes de octubre en el Club de Campo de la capital, con el fin de ayudar a su empresa Amen Córner, la organizadora del torneo, que se vio forzada a pedirle el favor a Seve para satisfacer las exigencias de uno de los principales patrocinadores del evento, no había jugado ningún torneo fuera de España desde octubre de 2003, con lo cual su inactividad se ha prolongado por espacio de dos años y 8 meses.
La vuelta parecía inevitable. 'Un golfista nunca se retira', ha repetido en más de una ocasión Ballesteros, que mantuvo una relación tormentosa con el deporte al que ha entregado su vida, llegando a ser descalificado en un torneo tras mantener una agria discusión con el máximo responsable de reglas del circuito profesional europeo y a ser multado por el propio comité de jugadores, en lo que él calificó como 'una persecución de la PGA European Tour', a la que comparó con la mafia.
En su calidad de cuádruple ganador del Abierto de Francia, el último de ellos hace 20 años, Seve Ballesteros recibió una invitación especial para competir en París con motivo del centenario de la fundación del torneo que este año ha alcanzado el récord de 4.000.000 de euros en premios, de los cuales 666.660 serán para el ganador, gracias al patrocinio de Alstom.
Junto a él estaba su tío, Ramón Sota, otro ex ganador, y su sobrino Raúl Ballesteros que, sin embargo, no tuvieron la ocasión disfrutar del juego mágico de Seve que le dio fama mundial. Su debut, con 81 golpes, diez sobre par, que volvió a repetir el segundo día, no mostró ni un resquicio de esperanza para aquellos seguidores que siempre soñaron con su regreso y a los que el jugador les promete una gran victoria.