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Acuerdo

Microsoft pretende ganar un contrato en la UE de manejo de datos de uso policial

Microsoft aspira a convertirse en el principal proveedor de los sistemas de software que procesan los datos de millones de pasaportes en las fronteras europeas. La pretensión de la multinacional estadounidense contrasta con las limitaciones que Washington pone a las empresas extranjeras que operan en sectores tan sensibles como la seguridad.

Microsoft ha sellado un acuerdo con la multinacional Unisys con el objetivo declarado de convertirse en el principal proveedor de los programas informáticos que gestionan las bases de datos de las fronteras europeas. La alianza se produce poco después de que la Comisión Europea haya expresado, con motivo de la reciente visita a Viena del presidente estadounidense George W. Bush, su 'creciente preocupación' por el hecho de que Washington haya frenado ciertas inversiones extranjeras aduciendo motivos de seguridad.

Los ejemplos más recientes atañen al frustrado intento de la empresa Dubai Ports por hacerse con el control de algunos puertos estadounidenses, o a Lenovo, con quien Washington decidió no volver a trabajar por temor a que el fabricante chino utilice sus ordenadores para misiones de espionaje. Pero fuentes comunitarias recuerdan que la UE también está sufriendo el impacto del neo-proteccionismo de la administración estadounidense. 'El acuerdo de cielos abiertos entre Bruselas y Washington para crear el mercado aéreo transatlántico no se ha podido firmar por la resistencia del Congreso estadounidense a tolerar que inversores europeos puedan hacerse con la propiedad de aerolíneas estadounidenses'. La posibilidad inversa, en cambio, existe desde hace años.

A pesar de todo, tanto el calendario como el socio elegido convierten a la empresa de Bill Gates en un serio aspirante a los multimillonarios concursos que se avecinan para la modernización del Sistema de Información Schengen (SIS), el programa informático que desde la desaparición de las fronteras internas en 1995 permite a las autoridades el intercambio de datos personales y la descripción de objetos robados o desaparecidos. Microsoft no oculta que confía en su asociación con Unisys para hacerse con una buena parte de las adjudicaciones porque esa multinacional, también estadounidense, 'es el principal asesor de la CE para la implementación del Sistema de Información Schengen II SIS II y de Sistema de Información de Visados SIV'.

El negocio en juego puede ser enorme porque la segunda generación de ese programa (SIS II) conectará, previsiblemente en 2007, a los 15 miembros actuales del acuerdo Schengen (España, Alemania, Francia, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Italia, Portugal, Grecia, Austria, Dinamarca, Finlandia, Suecia y los países extracomunitarios Noruega e Islandia) y, tarde o temprano, a los 10 países de Europa Central y del Este que ingresaron en la UE en 2004.

'Nuestro acuerdo con Unisys (...) tiene un significativo valor comercial', reconoce Nikolaz Foucaud, responsable del área de Justicia y Seguridad Pública en la división europea de Microsoft. La compañía no da cifras porque los ingresos dependerán de cuántos países que opten por el programa de Microsoft.

Las aspiraciones comerciales, sin embargo, pueden verse truncadas por la creciente divergencia entre la UE y EE UU sobre el tratamiento de datos personales y el respeto a la privacidad. El Tribunal de la UE acaba de anular un acuerdo exigido por Washington para facilitar los datos personales de los pasajeros de avión que vuelan con destino a EE UU. La semana pasada, además, se descubría el programa secreto de espionaje de las transferencias bancarias montado por la CIA y el Tesoro estadounidense después del 11-S.

Y la propia Microsoft se vio obligada en 2003 a modificar su programa de identificación en línea Passport ante las dudas de Bruselas sobre la gestión y destino de los datos facilitados por los usuarios. Un antecedente significativo cuando se decida la gestión de los pasaportes europeos de verdad.

El ordenador central se le escapa a Gates

La gestión del ordenador central del nuevo sistema europeo de información fronteriza se le ha escapado a Microsoft. La Comisión Europea adjudicó el contrato, valorado en 40 millones de euros, a un grupo de empresas entre las que no figuraba el fabricante de Windows. Las relaciones entre Bruselas y Redmond, de hecho, no atraviesan su mejor momento, dada la resistencia de Microsoft a acatar las órdenes de la comisaria de Competencia, Neelie Kroes.

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