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Política monetaria

La Fed confirma las expectativas y eleva los tipos un cuarto de punto, hasta el 5,25%

La Reserva Federal estadounidense ha aumentado los tipos de interés en un cuarto de punto porcentual, tal y como estaba previsto, hasta situar el precio del dinero en el 5,25%. Tras la decimoséptima subida consecutiva, el país norteamericano se enfrenta al nivel más alto en los tipos de interés desde 2001. Ben Bernanke, presidente de la Fed, ha dejado la puerta abierta a futuras subidas, probablemente en agosto, ya que persisten los riesgos de inflación.

La esperada decisión ha mantenido en vilo, durante el día de hoy, los mercados financieros del otro lado del Atlántico, cautos aunque con ligeras subidas a la espera de la referencia clave del día. A pesar de que la decisión tomada por el Comité Abierto de Política Monetaria de la Fed de aumentar el precio del dinero en un cuarto de punto, hasta situarlo en el 5,25%, estaba ya descontada por los mercados y prevista por los analistas, las bolsas europeas han anotado subidas generalizadas de en torno al 2%.

Sin embargo, más que la cifra, las claves más esperadas por los analistas son las palabras que el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ha pronunciado tras el anuncio. Bernanke ha dejado entrever nuevas subidas de tipos de interés en los próximos mesees, probablemente en agosto, debido, según ha explicado, a que se mantienen los riesgos de inflación.

Pese al consenso sobre el alza de los 25 puntos básicos, algunos analistas creían que la Fed podía ser incluso más atrevida y elevar el alza hasta los 50 puntos básicos. De esta manera y siempre según estos analistas, la entidad hubiera demostrado su firmeza y podría haber avisado de una futura pausa en la escalada de la curva de tipos, tras 17 subidas consecutivas.

La duda, por lo tanto, no era si la Fed subiría o no los tipos de interés, sino si la Reserva Federal seguiría el camino habitual de subidas de un cuarto de punto como método para controlar la inflación, o si por el contrario intentaría además congelar las las expectativas sobre la inflación, ya que ­como entienden algunos economistas- éstas se retroalimentan: a mayores expectativas de subidas de precios, más demanda salarial, mayor coste laboral, y nuevos incrementos de precios. Algunas voces son incluso más pesimistas, e indican que la Reserva Federal no se enfrenta sólo a un recalentamiento de la economía, sino a una recesión en toda regla.

Alimentada por una política monetaria tremendamente expansiva, la economía estadounidense ha registrado una explosión de inversión en numerosos activos ­especialmente los del sector inmobiliario-, mientras los consumidores reducían su ahorro a un nivel prácticamente igual a cero, y se exportaba la inflación mediante un déficit exterior rampante. Desde este punto de vista, a la Fed sólo le queda un camino: cerrar el grifo de la creación del dinero, y hacerlo cuanto antes.

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