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Secretos de despacho
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Sin secretos en De La Rue Cash

Que nadie espere encontrar puertas que separen a este ejecutivo del resto de su equipo. Alejandro Lafarga, madrileño, de 39 años y licenciado en Económicas, dirige desde hace casi tres años la filial española de De La Rue Cash Systems, compañía perteneciente al grupo De La Rue, dedicado a la impresión de seguridad y papel para documentos comerciales de valor, que da empleo a más de 200 personas. Hay que aclarar que el área de Cash Systems ofrece soluciones en efectivo, a través de cajeros y máquinas dispensadoras, y trabaja con más de 2.000 entidades financieras de 60 países.

Lafarga trabaja 'contento'. Nada más arrancar la entrevista, lo primero que advierte es que la alegría es fundamental y lo que más le motiva a la hora de trabajar. Asegura que cuando ocupó el puesto, previamente había trabajado durante una década en IBM y durante cuatro años en la compañía de software de recursos humanos Meta4, fue recibido muy bien por parte de la plantilla. Pero no le fue fácil. Por una razón que él mismo se encarga de explicar: 'El anterior director general llevaba 15 años en el puesto, tenía 61 años. Y yo era mucho más joven; pero además había otro inconveniente y es que todos somos reacios a los cambios'. Sin embargo, reconoce que tuvo a favor el hecho de que la organización estuviera muy cohesionada.

Lo primero que hizo Lafarga fue poner en conocimiento de toda la plantilla la situación real de la compañía y después comenzó a aplicar, como jugador internacional de golf, ciertos principios deportivos. 'Todo el mundo tiene un papel. No hay ningún juego que sea en solitario, se requiere siempre del trabajo en equipo. Y como sucede con el fútbol, cada persona tiene que tener un entrenamiento específico', afirma Lafarga, quien asegura que su principal rol dentro del equipo es el propio de un entrenador. 'Ningún papel es fácil, cada uno tiene su función, pero el mío tiene muchas ventajas e inquietudes'. En primer lugar, asegura que desde su posición es un ejecutivo muy cercano, pero a la vez muy competitivo. 'Es lo que más valoro de las empresas y de las personas. Soy una persona muy exigente, sobre todo conmigo mismo'.

Alejandro Lafarga trabaja en un espacio abierto, sin puertas y totalmente incorporado en las oficinas que De La Rue Cash Systems. Asegura que no le atraen los grandes espacios ni los lujos. Lo que sí valora, y eso es algo que aprendió en IBM, es trabajar con luz natural. Por lo demás, lo único que necesita tener cerca es a las personas, un ordenador, un teléfono móvil y café. 'Porque lo peor dentro de una empresa es la comunicación. Todas las herramientas tecnológicas juegan un papel muy importante, pero la comunicación cara a cara es insustituible'. Según este ejecutivo, un despacho con tabiques y puertas no ayuda a la comunicación. 'El cara a cara, la cercanía es lo que importa. Cuando estás al frente de una compañía no puedes tener paredes que te separen del resto de la gente. Tienes que ser cercano'. Sólo dos directivos, el financiero y el de recursos humanos, tienen despacho.

Lo único que exige es que cada uno cumpla con el papel que tiene establecido. 'Los objetivos tienen que ser medibles y medir a todos en función de sus parámetros. Es necesario tener en cuenta que no estamos clasificados hasta el final del partido. Por tanto, no se puede perder la concentración ni la alegría'.

Según Lafarga, Ronaldinho mete goles porque mantiene la sonrisa. En cambio, Roberto Carlos 'la ha perdido'. Esa es la diferencia. En su opinión, todo ejecutivo debe saber qué es lo que motiva a los profesionales que están a su lado. 'Si es el logro, el reconocimiento o la competitividad. Hay que saberlo porque no se puede tratar a todo el mundo por igual'. Y asegura que es importante tener respeto, dar ánimo y apoyo y compensar todo esto con un paquete retributivo que sea competitivo, 'aunque no sea el único elemento motivador'.

Una colección de billetes y sellos

Su mesa está ordenada. Sin papeles. Alejandro Lafarga asegura que acumular documentos no aporta valor. Sólo dispone de un cuaderno y de toda la información clasificada en el ordenador.Su única aportación al despacho han sido los retratos de sus dos hijos. En su rincón de trabajo tiene unos cuadros con una colección de sellos y de billetes que imprime De La Rue. En España no realizan esta función porque de ello se ocupa la Casa de la Moneda. También tiene un cajero automático que pesa 500 kilos, en concreto un cobrador de recibos, y es el primero que la compañía fabricó. Y asegura que por deformación profesional no descansa nunca, porque cuando va por la calle se va fijando en todos los cajeros automáticos que encuentra a su paso. 'Por eso no sé las horas que trabajo. Cuando se ocupas un puesto de responsabilidad nunca descansas. La separación entre la vida personal y el trabajo no está definida'. Para Lafarga los horarios no son importantes. 'Si tenemos unos objetivos que alcanzar disponemos de 24 horas para conseguirlos', afirma este ejecutivo.Con lo que sí se relaja es con el juego de bolitas, que al mínimo movimiento generan un reacción en cadena. 'Es como la vida misma, cualquier decisión rebota en la última persona y vuelve a ti'.

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