Final de un conflicto
El respaldo mayoritario otorgado ayer por los catalanes al nuevo Estatuto de autonomía cierra un conflicto político nacional que ha mantenido abierto el debate durante un año completo, pero de forma especial desde que el 29 de septiembre pasado el Parlamento catalán envió al nacional un proyecto con razonables dudas de constitucionalidad.
El proyecto se ha convertido, además, en un ariete político para la oposición, y ha colocado en una posición electoralmente comprometida al Gobierno. El referéndum de hoy pasa una página y da vía libre a la renegociación de otros textos estatutarios que están en revisión. En términos económicos únicamente queda pendiente llevar al papel el modelo de financiación que consagra, que no será fácil. Pero el final del conflicto proporcionará también a Cataluña la estabilidad cuestionada en los últimos meses para seguir siendo el polo de atracción de inversiones que siempre fue.